arios agentes de la Secretaría de Cultura de la Provincia exigieron la destitución urgente de la máxima autoridad del área, Gabriela Ponce, tras recibir supuestas amenazas de muerte por parte de personal allegado a la funcionaria y malos tratos de la acusada. El pedido quedó formalizado el viernes pasado, durante una reunión mantenida con el secretario de Gobierno Gustavo Blanco, la titular de la cartera educativa, Marisa Cabrera de Urdapilleta, y otros integrantes del gabinete provincial.
La mayoría de los trabajadores denunciantes (que en total suman alrededor de 14) son agentes de megapase y están adheridos al gremio ATE; situación que –entienden– profundiza aún más la puja contra el grupo manifestante. Aducen, además, que estos episodios de violencia laboral suceden hace tiempo, y que incluso fueron expuestos ante la Legislatura fueguina, la Policía provincial y próximamente el caso pasaría a una instancia judicial.
María Colivoro, una de las delegadas gremiales, que en varias ocasiones hizo pública esta situación en los medios de comunicación locales, declaró ante el diario del Fin del Mundo que recibió tres amenazas de muerte de parte de personal que posee horas cátedras en el sector y de una persona allegada a Ponce. "Me dijeron que si seguía, me iban a matar y que no me metiera con ellos", apuntó Colivoro. La denunciante consideró que los intentos de diálogo han fracasado, y anotó que "no vamos a aguantar más porque lo único que queremos es trabajar tranquilos".
Por su parte, Juan Villalba también desempeña labores las oficinas que funcionan en San Martín 512, local 3; específicamente en el área de eventos. Cargó contra Ramón Leiva, quien es el esposo de la funcionaria en cuestión y además presta servicios en la Secretaría de Cultura, como docente de un taller. Villalba relató que, en una oportunidad, en tono agresivo Leiva se refirió diciéndole: "¿Quién te crees que sos?, nosotros te matamos el hambre (sic). Te voy agarrar a trompadas. Te voy matar". El trabajador lamentó estos hechos impunes, y apuntó que "a Gabriela Ponce "nunca le gusta nada de lo que hacemos".
A este comentario se sumó el testimonio de otra delegada gremial, Isabel López, quien manifestó que la Secretaria de Cultura brinda ciertos privilegio a otros empleados, especialmente a los designados políticamente, ya que, según dijo, llega a concentrar el trabajo en dos o tres agentes y el resto de los trabajadores no tienen funciones. Endureció sus dichos diciendo que formulará una denuncia en los organismos pertinentes, puesto que desde que integra la delegación gremial de ATE también sufre persecuciones reflejadas en misteriosos daños que aparecen en su vivienda y en su coche particular.
En tanto, los denunciantes esperan conocer hoy la palabra de los funcionarios provinciales, que darán a conocer las medidas a seguir.
