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esde comienzos de este mes se llevaron a cabo con éxito campañas de desove artificial de trucha marrón en los ríos In y Mimica, que son ambientes declarados como santuarios provinciales. Esta actividad permitió que ya se cuente con más de 200.000 huevos incubándose en la estación de piscicultura "Río Olivia"; y cuando los alevinos estén listos, serán sembrados en los ríos y lagos fueguinos.
El director de Pesca Deportiva de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente de la Provincia, Santiago Lesta, comentó que todos los años, para esta época, se programa la campaña de desove artificial de trucha marrón, señalando que ya se efectuaron tres campañas. A la actividad fueron invitados referentes de los clubes de pesca, a modo de generar conciencia sobre el cuidado del recurso.
Explicó que tanto los ríos In y Mimica como el lago Chepelmut, están declarado por ley provincial como santuarios, de modo que está vedada la pesca durante todo el año. Esto se debe a que "en esos lugares encontramos reproductores de una muy buena calidad de ejemplares, en cuanto a talla y estado sanitario, que nos permite hacer este trabajo de desove con total éxito".
Por otra parte, Lesta detalló que en esta época se realiza el desove de trucha marrón, que es la especie más predominante, anotando que en marzo y abril se realiza esta actividad, en el río Ewan, de la trucha de arroyo. Respecto de la trucha arcoíris, señaló que es muy difícil encontrar los lugares donde se puedan capturar reproductores, por lo cual hace varios años que no se realizan campañas con esta especie en particular. No obstante, adelantó que para octubre y noviembre se está planificando un trabajo de desove artificial de trucha arcoíris, teniendo en cuenta que es el momento de su reproducción.
La siembra en los diferentes ríos y lagos de la Provincia se lleva adelante durante el desarrollo de la temporada de pesca deportiva, que comienza el 1 de noviembre, que es el momento donde los alevinos están totalmente desarrollados, ya que al nacer "hay una etapa donde deben completar una pequeña metamorfosis, hasta que se desarrollan totalmente como peces y ese es el momento en que se los puede sembrar". Aclaró que se puede realizar la siembra cuando aún son huevos, pero "los hacemos cuando ya son peces debido a que se garantiza una mayor supervivencia", acotando que al momento de ser sembrado pueden pesar un gramo; por lo tanto, hasta que lleguen a alcanzar el tamaño de interés para la pesca pasan varios años.
Lesta destacó el desarrollo de esta tarea de reproducción artificial, ya que "con la reproducción natural en los ríos, la supervivencia a adultos es del 2 por ciento; y por ese motivo se realiza el trabajo de reproducción artificial, de incubación y posterior siembra, porque eso asegura la supervivencia de un 20 por ciento", puntualizando que esta diferencia se debe a que "las etapas críticas, que son la incubación y nacimiento donde hay mucha mortalidad en el medio natural, se realizan bajo condiciones controladas en la sala de incubación de la estación de piscicultura".