Mientras se trabaja para la creación de la Reserva Urbano ambiental en la Costa del Beagle

Fuerte advertencia sobre el estado ambiental de la Bahía de Ushuaia

05/10/2009
Unos 23 kilómetros de playa contornean y dibujan, de este a oeste, el límite urbano sur de Ushuaia. Y aunque ese límite es real, la ciudad lleva décadas modificándolo en su avance sobre lo que natural y geológicamente fuera su costa originaria.
Así, casi de manera imperceptible para el conjunto de quienes la habitamos, día a día las aguas del Beagle pierden terreno y son atacadas de la peor manera. Y en la mayoría de los casos, bajo el pomposo e irreverente eslogan del crecimiento y el desarrollo de una ciudad que se vende internacionalmente, como abanderada en materia ecológica y por su condición de una naturaleza virgen casi inexistente entre los países del primer mundo.
Pero esa imagen de postal de bahía serena y dormida, que resguardaba a sus casas de chapa y madera con techos de colores se confundían con las tonalidades estacionarias que le dan los lengales, ya no existe, y los pocos y diminutos espacios naturales que sobrevivieron, parecen no tener más futuro civilizatorio que su lenta pero segura desaparición.
Producto tal vez de una falta de autocrítica o de habernos autoimpuesto no mirar hacia abajo, y tener la procacidad de imitar a las estatuas, perdimos un vasto espacio natural donde anidaban varias especies de aves playeras y la posibilidad de disfrutar de una costa que se formó varios millones de años antes la cúspide de la civilización la habitara.
Más allá de la evidente y contaminación que se puede observar sin necesidad de ser experto, el trabajo sostenido durante 19 años realizado por los científicos del CADIC a partir de los estudios que viene desarrollando la entidad a través del laboratorio de contaminación marina desde 1990, arroja datos de alta precisión, toda vez que de forma permanente la ciudad arroja compuestos contaminantes que van produciendo un desequilibrio tanto en la playa como en el litoral marítimo.
Agentes patógenos, hidrocarburos, plaguicidas y metales pesados son algunos de los peligrosos componentes que han sido detectados en ellas, no solo por lo que se deposita de manera directa, sino también proveniente a través de arroyos y chorrillos que llegan de manera natural y artificial, por la falta de definición en cuanto al manejo de la estructura que tiene a su cargo el tratamiento del líquidos cloacales, la inexistencia de plantas para tal fin y el desinterés colectivo de los ocupantes costeros, como empresas, industrias, comercios y habitantes individuales.
El grupo de investigadores encabezados por los doctores Oscar Amin y Laura Comoglio, quienes expusieron el estado de contaminación a un grupo de 40 vecinos y representantes de instituciones que se dieron cita el jueves en el nuevo edificio municipal, detallaron lo que vienen estudiando en 9 áreas de la costa del Beagle que abarca desde la desembocadura del Río Olivia hasta el sector hotelero próximo al barrio residencial Bahía Cauquenes. Apuntando como áreas de mayor contaminación, el sector portuario, el área existente frente al club náutico, el perímetro lindero a la planta Orión, la bahía golondrina y la bahía encerrada, sobre la que en un estado de retroceso le fueron quitado los dos puentes que permitirán una evacuación mareológica, por cañerías que no alcanzan a cumplir con la necesaria acción de arrastre y limpieza, que se proyectó y ejecutó desde mediados de los 90.
Sin embargo, y pese al preocupante detalle científico que hicieron los expertos del CADIC, Participación Ciudadana impulsa la generación de un cambio que permita la recuperación costera, por tal motivo en los próximos días, junto a organismos y entidades se reunirán con los miembros del Concejo Deliberante de la ciudad, con el objetivo de trazar un plan integral que permita legislar a favor de la creación de una reserva urbana ambiental y establecer las bases de una política de Estado que restablezca paulatinamente el sistema costero donde se asentó Ushuaia.