Obispos patagónicos

Con el aborto todos somos perdedores

19/03/2010
T
ras el aborto realizado la semana pasada, en Trelew, con el dictamen favorable del Superior Tribunal de Justicia de Chubut, "aplaudido por algunos y sufrido con dolor por muchos, sin querer entrar en polémicas, ni querer descalificar a nadie, nos sentimos en la responsabilidad de Padres y Pastores de las Diócesis Patagónicas" de expresar una postura, mencionan en el comunicado de prensa.
En tal sentido, consideraron que el mal no se resuelve con otro mal; menos todavía cuando el mal que se provoca es mayor. "No hay mal peor que quitarle a otro la vida y entre el derecho a la vida del bebé y el 'derecho' alegado a 'no sufrir' prima el primero. La muerte es definitiva, el sufrimiento es temporal y puede ser atendido y paliado. La muerte no", precisan en otro párrafo.
Asimismo, señalaron que la injusticia del acto cometido está en descargar sobre el inocente, totalmente indefenso, la reacción contra el acto aberrante de la violación. "El aborto nunca es solución al problema de la violación y tampoco es salud para las personas que lo soportan o lo hacen. Siempre es una sobrecarga de frustración y dolor para estas personas", expresan en el comunicado. Opinan que frecuentemente se convierte en un trauma que las acompaña por larga parte de la vida.
Los obispos consideraron que las personas y los organismos de Estado involucrados en estas situaciones tienen una vía mucho más saludable para solucionar estos casos, que son los recursos materiales y toda la ayuda terapéutica –personal y social– (humana, psicológica, espiritual) que pueden dar para acompañar la gestación de la vida ya iniciada, y brindarle después un espacio de acogida y de amor en el hogar natural o en un hogar adoptivo.
"Nuestra sociedad crece solo garantizando la vida y tratando de alejar el factor de la muerte en todas sus expresiones. Nadie puede sentirse contento frente a estos hechos. Cuando se produce un aborto nunca hay ganadores; todos somos perdedores", precisaron en uno de los párrafos del comunicado.
Asimismo, mencionaron que las heridas de nuestra sociedad siguen abiertas y deben ser sanadas con verdad ya que "sólo el bien y lo bueno es auténticamente sanador. Debemos recorrer juntos un camino de compromiso con la vida para vencer la desesperanza y el desaliento en que puede sumirnos este dolor".
En tal sentido, sentaron postura "a favor de la vida y nuestro apoyo, comprensión y solidaridad a las víctimas de situaciones aberrantes". Al tiempo que ofrecieron brindar apoyo moral, espiritual, recursos y hogares que desean adoptar la vida en riesgo. "No ofrecemos la muerte, sino la vida. La oración y ayuda pastoral para que las consecuencias del aborto procurado sean lo menos traumáticas posibles para las personas afectadas y para la sociedad" indicaron.
Proponen una reflexión serena y constructiva como sociedad, en base a valores éticos universales que, en el proyecto de provincia y de nación que queremos, aseguren la vida y la felicidad para todos, de modo que en situaciones semejantes se implementen las soluciones justas y dignas, que no son las más fáciles.
Los obispos también sostuvieron que "el reclamo al reconocimiento de la objeción de conciencia, como derecho y garantía de la no discriminación que debe existir en una sociedad pluralista y democrática. Más allá de cualquier creencia religiosa o ideológica, tenemos la certeza de estar defendiendo un derecho universal que es patrimonio de toda persona que quiere crecer y convivir dignamente en la familia humana".
Como miembros y pastores de la Iglesia Católica reconocen que Dios es amor, vida y parte de la historia, que "nos redimió en Jesucristo, hecho hombre y hermano de todos en el seno de una mujer, María". El comunicado lleva la firma de Virginio D. Bressanelli, (Administrador Apostólico de Comodoro Rivadavia); Esteban M. Laxague (Obispo de Viedma); Fernando C. Maletti (Obispo de San Carlos de Bariloche); Marcelo A. Melani, (Obispo de Neuquén); Néstor H. Navarro (Administrador Apostólico del Alto Valle del Río Negro); Juan C. Romanín, (Obispo de Río Gallegos y Tierra del Fuego); José Slaby (Obispo de la Prelatura de Esquel) y José Pedro Pozzi, (Obispo emérito del Alto Valle del Río Negro).