Devolviendo a Ushuaia parte de lo que Ushuaia nos da

Cristina Llaser, con en atletismo en la sangre

12/12/2010
N
ací en 1973 en Buenos Aires. Desde chica me gustó la actividad física, y practiqué voley, tenis, natación, danzas clásicas y jazz. A los quince años empecé a practicar aeróbics, teníamos grupos con los que hacíamos exhibiciones y competencias, a los 19 años hice el profesorado de aeróbics y entre los 21 y 27 años en que me vine a vivir a Ushuaia y estuve dando clases en gimnasios.
La primera vez que salí a correr, me acuerdo que fue con mi hermano, hice 7 cuadras y tuve que parar porque se me salía el corazón por la boca y no podía respirar, y a la vuelta me hice un esguince. Un tiempito después empecé a acompañar seguido a una amiga de toda la vida, que salía a correr porque hacía entrenamientos para tenis, y recién a los 22 años empecé a hacerlo regularmente, porque ya tenía a mi hija, trabajaba y estaba estudiando en la universidad, siendo ésta una manera muy práctica y rápida de poder hacer deporte, en media hora o cuarenta minutos ya estaba de vuelta en mi casa, es la ventaja que tiene este deporte, cada uno puede practicarlo en el rato que tiene libre sin estar pendiente de horarios. Cuando vine a vivir a Ushuaia en el año 2001 empecé a anotarme en carreras que se organizaban acá. Cuando fui a ver, por el año 2004, la llegada en el Maratón del Fin del Mundo, quedé tan entusiasmada que quise empezar a entrenar para ese tipo de carreras largas. Comencé a entrenar pero quedé embarazada, perdí el embarazo y no pude correrla en el año 2005. Al año siguiente, en 2006, no se hizo. Recién en 2007 tuve la oportunidad de poder correr mi primer maratón de 42 km. En Ushuaia, con personas que habían venido de distintas partes del mundo, y ganarla, eso me llenó de emoción porque para mí fue un triunfo que nunca había pensado, era tan larga la distancia que asustaba, y solo pensaba hasta ese momento poder llegar a la meta. Al año siguiente en el 2008 volví a correr el Maratón del Fin del Mundo y obtuve el segundo puesto. Seguí entrenando desde ese momento para distancias largas, que es lo que más me entusiasma, la sensación de sentirte que estás solamente vos mientras haces esas distancias, solo con el ruido de tus pasos, tu respiración y tus pensamientos, “es algo único”. Después seguí participando de otros dos medios maratones que se organizaron en la ciudad de Río Grande por el Día del Petróleo, donde obtuve el primer puesto los dos años seguidos. En los años 2009 y 2010 no se organizó lamentablemente más el Maratón del Fin del Mundo, pero la Municipalidad de Ushuaia organizó un medio maratón esos dos años en los que obtuve el primer puesto, y como premio otorgaban un pasaje para ir a competir a Buenos Aires, así que tuve los dos últimos años la oportunidad de ir a participar del Medio Maratón de la ciudad de Buenos Aires, que es el más importante de Sudamérica. En 2009 obtuve el 3° puesto para mi categoría entre más de 6000 personas, y el 5° puesto entre más de 10.000 personas en el 2010.
Un día normal es muy parecido al de cualquier otra persona, soy casada y tengo tres hijas de 16, 13 y 8 años, así que me levanto temprano, a las 6.30 para llevarlas a la escuela, vuelvo y acomodo mi casa, trabajo en forma independiente, soy contadora, lo que me da la posibilidad de poder organizar mis horarios de trabajo, así que trabajo normalmente hasta media mañana y a esa hora salgo a entrenar, una hora promedio, después busco a mis hijas en la escuela y finalizado el almuerzo sigo trabajando hasta las 17 en que las llevo a sus actividades, y aprovecho ese momento para visitar a mis clientes por lo general. Una vez a la semana voy al gimnasio también para fortalecer los músculos de las piernas, y en épocas en que estoy entrenando para una carrera larga de 21 km o 42 km hay varios días a la semana en que el entrenamiento se hace de una hora y media, una hora cuarenta y cinco minutos o dos horas. Tengo una alimentación sana, no como dulces, fritos ni salsas, sí muchos hidratos de carbono, frutas y verduras. Teniendo tres hijas y trabajando no puedo dedicarle el tiempo que es necesario y quisiera a las horas de sueño y descanso, a pesar de que tengo todo el apoyo de parte de mi familia para lo que hago, y ya empiezan alguna que otra vez a acompañarme mis hijas.
Pero más allá de las carreras, lo que más disfruto es el salir a correr todos los días, el entrenamiento diario, la sensación única que se siente al regresar. Amo lo que hago, lo disfruto mucho realmente y lo hago de lunes a lunes, todos los días del año, hasta un 25 de diciembre o un primero de enero me van a ver corriendo.
Tenemos la suerte de vivir en un lugar único para hacerlo, donde los paisajes son hermosos, el aire es bien puro y no tenemos el temor de que nos pueden venir a asaltar en cualquier momento, que suele pasar cuando se entrena en otros lugares. Solo hacen falta unas zapatillas, muchas ganas y fuerza de voluntad en el momento previo a salir, pero lo puede hacer cualquier persona que se lo proponga, no hace falta ninguna cualidad especial ni edad determinada para hacerlo.
Para el próximo año me gustaría participar del maratón de la ciudad de Santa Rosa o de la de Rosario, y mi sueño es poder correr en los próximos años el de la ciudad de Nueva York, ya cuando mis hijas sean más grandes y pueda dedicar más tiempo a mis entrenamientos y viajes para poder correr ultramaratones.
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