El 28 de diciembre de 1921

Efemérides: fusilan a un obrero por tener un volante sobre Radowitzky

27/12/2012
E
ste día, en Río Gallegos, es fusilado el obrero Santiago González, a raíz de que los efectivos militares le habían encontrado entre sus pertenencias algunos folletos que denunciaban la situación de los peones rurales y las torturas que se aplicaban cotidianamente en el presidio de Ushuaia.
En esos días, la región estaba convulsionada por la huelga de los peones rurales, disparada por el desconocimiento de un convenio firmado por los estancieros.
González había llegado a la capital santacruceña, en noviembre, contratado para desempeñarse en la construcción de la sucursal local del Banco de la Nación. Fue “detenido el 10 de diciembre en la habitación del hotel donde se hospedaba por soldados del 10° de Caballería, enviado a la zona bajo las órdenes del coronel Héctor Benigno Varela para reprimir. Entre sus efectos le encontraron el folleto Carta Gaucha, redactado por Juan Crusao, y un ejemplar de La Voz de mi Conciencia, de Simón Radowitzky, que circulaba libremente. La posesión de estas publicaciones fue motivo suficiente para que el Ejército lo fusilara” (Verónica Johana Farjad. La Patagonia Rebelde. www.monografías.com).
El segundo folleto consistía en una carta que Radowizky “pudo hacer llegar en enero de 1921 a Buenos Aires”. “Allí relataba detalladamente sus padecimientos y los de otros reclusos”, y se convirtió en un escándalo nacional cuando fue difundido (Alejandro Marti. La biografía del anarquista Simón Radowitzky). 
En esos días, los militares habían apresado a una cantidad no precisada de huelguistas en la estancia San José, donde el escuadrón de la sección de ametralladoras había ejecutado a decenas de peones y a todo aquel que se presumiera que colaborara con la huelga. También en el lugar conocido como Tapera de Casterán, hubo ejecuciones. Según el parte oficial, allí sepultaron a “dos muertos que eran el Paraguayo Jara (a) “Tres Dedos” y el cabecilla Albino Argüelles”. Que eran dos reconocidos gremialistas. A pesar de que estas fueron las únicas constancias de crímenes que dejaron los militares, los anarquistas afirmaron que en ese sitio unos setenta peones fueron fusilados. En el Cañadón León –San Julián hubo otra ejecución de varias decenas de huelguistas (Osvaldo Bayer. La Patagonia Rebelde).