E
l Gobierno provincial salió ayer a refutar las conclusiones elaboradas por el Fiscal de Estado, Virgilio Martínez de Sucre, en un dictamen en el que cuestionó con dureza la situación edilicia de los establecimientos educativos en la provincia.
El organismo de control recopiló durante siete meses información suministrada por las autoridades de unos treinta colegios de Ushuaia, Río Grande y Tolhuin, y elaboró un diagnóstico de “suma gravedad” en relación con un extenso listado de reparaciones no realizadas.
Sin embargo, el secretario de Control de Gestión del Ministerio de Educación, Marcelo Lima, y secretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos, Jorge Pisarini, le restaron trascendencia al informe.
“El análisis del Fiscal de Estado es extratemporal. Porque toma requerimientos de reparaciones realizados en 2012. Y el Ministerio de Obras Públicas ha solucionado el 95% de esos casos. La realidad que describe el Fiscal ya no existe, afirmó Pisarini.
El funcionario admitió que “puede ser que en estas semanas hayan otros requerimientos nuevos que estén en vías de solución. Es decir que se trata de una cuestión dinámica. Somos conscientes de que no se puede dar respuesta a todo. A veces se toman decisiones urgentes para no cortar los días de clases. Actuamos de la manera más diligente posible”, evaluó el secretario.
Por su parte, Lima explicó que la Fiscalía de Estado “no realizó un relevamiento” sino “un pedido de información a los establecimientos escolares. Y con ello recopiló los distintos requerimientos que cada escuela realizó en un período de tiempo”.
Según Lima, además, “no es cierto” que el Ministerio de Educación no cuente con un protocolo de acción para atender las necesidades edilicias de los colegios.
“Existe un protocolo de trabajo desde septiembre del año pasado que fue coordinado entre Educación y Obras Públicas. Ese protocolo establece que en un primer horario de 8 a 17, es Educación quien recibe los requerimientos de cada colegio, y desde esa hora en adelante le corresponde a Obras Pública”, expresó el funcionario.
También dijo que “en cada caso se acude al lugar, y cuando la reparación excede la posibilidad técnica de nuestro personal, o tiene un costo elevado, lo derivamos a Obras Públicas”.
“Personalmente voy a las escuelas con problemas para proponer un plan de trabajo. Lo mismo pasó en el José Martí. Cuando se cayó parte del cielorraso, de inmediato fuimos a requerimiento de los alumnos para establecer un plan de acción. Ello sin contar que en ese caso ya habíamos llevado a cabo un mantenimiento del sistema eléctrico y se habían hecho trabajos en baños”, relató Lima.
Es por eso que sobre la situación del Martí, el secretario señaló su “discrepancia” con el dictamen fiscal, ya que “hace referencia a que el edificio se cerró como consecuencia de la falta de mantenimiento. Y no es así. El lugar se cerró luego de que un requerimiento de la propia comunidad educativa, sobre las condiciones de sismorresistencia (capacidad de resistencia y evaluación de riesgo) determinó la intervención de profesionales y la consecuente decisión de cerrarlo por ese tema en particular, y no por el mantenimiento”, afirmó.
Verano y comienzo de clases
Si existe un protocolo que articula acciones entre los ministerios de Educación y Obras Públicas, para reparar los establecimientos escolares, por qué entonces las autoridades de los colegios (y también los alumnos) se quejan de la falta de mantenimiento de numerosos edificios educativos.
Según Pisarini, “reclamos siempre van a haber. Somos conscientes que no todo se puede hacer por una cuestión presupuestaria o de tiempos”, señaló.
En ese sentido, el funcionario detalló que el Gobierno ya trabaja en un plan de acción para reparar escuelas durante el receso de verano.
“Hay un relevamiento completo de los colegios que se concreta entre octubre y noviembre. A partir de allí se trabaja para dar respuestas a todos los pedidos durante el receso escolar. Hay veces que no se llega, esa también es una realidad”, reconoció el secretario, aunque observó que sobre el comienzo de las clases “los gremios aprovechan la oportunidad para mezclar la cuestión edilicia con sus reclamos salariales. Entonces hacen caldo de cultivo y señalan falencias que no son verdaderas”, afirmó.
A su vez, Lima explicó que en el receso del año pasado se trabajó en las salas de máquina de los equipos de calefacción de las escuelas y por eso “disminuyeron mucho los problemas de este tipo”.
En tanto, dijo que este año se hará hincapié “en cuestiones aparentemente menores pero recurrentes como cambio de picaportes, arreglo de baños, cocinas y sistemas de iluminación”.
Pisarini también aseguró que “los edificios que más se deterioran son los secundarios”, por lo que “mucha de la inversión se destina a esos edificios”.
