Comunicación papal

La historia del llamado de Francisco a Marambio

07/04/2015
E
l militar de la Base Marambio, en la Antártida Argentina, que el último sábado recibió un llamado del Papa Francisco para saludarlo por las Pascuas, reveló ayer detalles del inusual episodio que todavía tiene “conmovida” a toda la dotación de la base antártica y que repercutió en distintos medios de comunicación del país y del mundo.
El suboficial principal de la Fuerza Aérea Argentina Gabriel Almada, contó que la llamada fue realizada desde el Vaticano directamente a su teléfono celular.
Almada explicó que hace algunas semanas le envió un mail al obispo de la provincia de Jujuy, Monseñor César Daniel Fernández, pidiéndole que intercediera para que el Sumo Pontífice saludara por las Pascuas a los integrantes de la delegación que se desempeña este año en Marambio.
“Desde luego pensaba en un saludo protocolar y por escrito. Agregué en el mail los teléfonos de la base y el mío personal sólo por si alguien quería avisarnos que el pedido había prosperado”, relató el militar nacido en Misiones pero que desde los 17 años vive en la provincia de Buenos Aires.
También mencionó que el obispo Fernández le contestó amablemente el mail pero sin dar ningún detalle de lo que podría ocurrir, hasta que llegó el sábado 4 de abril a las 7.15 de la mañana.
“Estaba durmiendo en mi habitación, ya que las actividades en la base comienzan a las 8. Todavía no había sonado mi despertador, así que se podría decir que me despertó Francisco”, bromeó el suboficial.
Agregó que primero miró su celular y como decía “privado”, dudó en atender, pero dijo que finalmente lo hizo pensando que podía ser algún llamado urgente de un familiar.
“Del otro lado de la línea, una voz masculina que no reconocí como de nadie en particular, me preguntó si yo era Gabriel Almada. Como no sabía con quién hablaba empecé a interrogarlo antes de identificarme, y así empezó un ida y vuelta que culminó cuando, de tanto que yo insistía, me terminó diciendo que hablaba el Papa Francisco. Y ahí se me terminó la paz interior que tenía,  detalló el militar.
Incluso señaló que para convencerlo de que no se trataba de una broma, el Sumo Pontífice le dio detalles del mail que había enviado al obispo, y de cómo se habían sucedido los acontecimientos que terminaron en aquella llamada.
“Entonces me convencí de que era él y no sabía cómo pedirle disculpas por no haberle creído de entrada. Pero él lo tomó con naturalidad y me dijo que lo entendía perfectamente”, indicó.
Almada recordó que los siguientes minutos de la comunicación estuvieron dedicados a que él pudiera manifestarle su “asombro” y su “alegría” por el llamado, mientras que Francisco aprovechó para concretar el saludo por las Pascuas y para decirle que estaba con ellos en la difícil misión que cumplen en la base antártica.
 
“A que no sabés quién me llamó”
 
“Habló siempre en un tono bien amigable, propio de una persona sencilla, con una humildad increíble. En los tiempos que vivimos cuesta muchísimo creer que una persona que tiene tanto poder y exposición mundial, tenga esa forma de ser”, reflexionó el asombrado integrante de la Fuerza Aérea.
Almada expresó que es católico practicante, y que incluso fue designado como ministro extraordinario de la eucaristía para ocuparse de las celebraciones religiosas dentro de la base, ya que no hay ningún sacerdote en la dotación.
“Dentro de las atribuciones derivadas de ese nombramiento, que tomé con mucha responsabilidad, es que gestioné el saludo papal, aunque sin imaginar este resultado”, admitió.
También dijo que en el final de la conversación con Francisco, que se extendió durante unos cinco minutos, lo invitó a visitar la Base Marambio.
“Uno nunca piensa que un Papa va a tomarse la molestia de llamar. Por eso la alegría y la conmoción que generó en la base todavía dura. Yo sé que él me llamó a mí pero en mi nombre saludó a todos los argentinos”, consideró el suboficial.
Otro aspecto singular del episodio ocurrió cuando el militar cortó con el Papa y tuvo que transmitirle lo que había pasado a sus compañeros de trabajo y a su familia.
“Mi compañero de habitación todavía dormía y cuando se despertó y se lo conté me parece que tardó varias horas en creerme –rememoró Almada- A mi esposa le mandé un mensaje a los pocos minutos. A qué no sabés quién me llamó, comenzaba diciendo el texto”.