Colaboración

Humor, política y afines II: La risa de Ushuaia

14/02/2016
P
or Alejandro Rojo Vivot

El humor y sus manifestaciones son componentes principales de los valores culturales predominantes en las sociedades. Además, es un buen indicador del desarrollo, por caso, del ejercicio de la libertad en los distintos procesos históricos, de ahí la importancia de su estudio dado sus invalorables aportes en cada época. Quizá algún día los sistemas formales educativos, desde el inicial al universitario, lo incluyan en forma relevante.
Siguiendo a Arnoldo Canclini en su “El periodismo en Tierra del Fuego” (Academia Nacional de Periodismo, 2011), esbozamos una apretada síntesis del emprendimiento humorístico publicado a principios del siglo XX, en Ushuaia.
Al respecto cabe recordar que ya en el siglo XIX los medios impresos en Argentina habían cultivado una extensa, variada y riquísima actividad subrayando aspectos costumbristas en general como a la política en particular.
El 14 de diciembre de 1904, manuscrito, inició su muy corta carrera “La Risa”, auto titulado “Semanario noticioso, joco-literario e independiente”. Recordemos que el Departamento Ushuaia, con 9.390 km², en 1895 contó con 323 habitantes y en 1914 ya eran 1.447 las personas que vivían en ese territorio. Algunos se habrán divertido con sus 4 páginas y otros, quizá, se habrán escandalizado un poco. Ojalá que a esa fecha los fueguinos la conmemoren debidamente.
La distribución fue: lo leo y lo paso, generándose así también una destacable práctica de construcción comunitaria por lo cual la cantidad relativamente ínfima se multiplicó notoriamente, alcanzando así con la inversión inicial un mayor impacto social. Lejos estaban de desarrollarse a la sombra del consumismo y sí a la luz del compartir potencializando solidariamente lo que cada uno tenía. ¿Cuándo se perdieron esos valores?
Editorializó explayándose en su optimista propósito: “Honestos pero firmes al deber que nos hemos impuesto LA RISA envía un cordial saludo a las activas autoridades, a la laboriosa población de Ushuaia y a la prensa en general de la república. Defenderá todo cuanto se relacione a los intereses del comercio y la población, con la cooperación de los amables lectores que simpaticen con nuestros ideales; no descansará hasta no salvar las fronteras del Territorio y hacer sentir su voz en la gran Metrópoli que se asienta en las márgenes del Plata; ya haciéndoles conocer los adelantos del Territorio o las necesidades para el desarrollo de esta floreciente región”.
Incluyó comentarios políticos que podrían ser afirmados en el siglo XXI.
La publicación se realizó en forma anónima, más allá de que, seguramente, todo el mundo sabía sobre la autoría. Este dato es digno de ser prestado atención pues nos habla, muy posiblemente, de que existía alguna situación por la cual el adelantado del periodismo y del humor en las márgenes del Canal Beagle optó por velarse. Algunos de los seudónimos utilizados fueron: El Tehuelche, Alfiler y C. Mirar.
Careció de continuidad; no sabemos las razones. En el siglo XXI muchos proyectos tampoco son mantenidos más allá de los impulsos iniciales.

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