Colaboración

El camino para voler a Malvinas

01/04/2016
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ara nosotros los fueguinos es una obviedad decirlo, pero en estos tiempos parecería necesario repetirlo: las Islas Malvinas fueron, son y serán parte integrante del territorio nacional y su recuperación son un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino. No estamos diciendo otra cosa que lo que dice nuestra Constitución Nacional[1], pero lamentablemente tenemos que recordarlo ya que en los primeros 100 días del nuevo gobierno esta verdadera Causa Nacional parece no tener importancia para el presidente Macri. Nosotros convivimos con la sensación de tener la Patria desgarrada a pocos kilómetros de nuestra casa, es por eso que a los fueguinos nos duele que por primera vez desde la vuelta a la Democracia un presidente no diga nada de las Malvinas en su discurso anual en el Congreso Nacional. Y nos duele aún más porque creíamos que todos los argentinos habíamos entendido que la Causa Malvinas era un Política de Estado innegociable.     
En febrero de 2012, todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria suscribieron en la capital de nuestra provincia la “Declaración de Ushuaia”. Ese gesto de unidad nacional en las vísperas de cumplirse 30 años de la guerra fijó las bases de los ejes fundamentales de la posición argentina en torno a la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas. Los puntos más importantes de ese documento son: la reafirmación de la legítima soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlánticos Sur y los espacios marítimos circundantes; instar al Reino Unido a cumplir con las resoluciones de la ONU para alcanzar una solución pacífica al conflicto; el rechazo a la militarización del Atlántico Sur; la condena a las acciones unilaterales ilegítimas de Gran Bretaña en materia pesquera y petrolera. Los diez puntos de la declaración fueron aprobados de forma unánime por la Cámara de Diputados y el Senado de la Nación, consolidando así a la Cuestión Malvinas como una verdadera política de Estado.
Pese a esto, desde el inicio del gobierno de la Alianza Cambiemos hubo retrocesos en la intensidad del reclamo argentino en lo relativo a la Cuestión Malvinas, mostrando una inacción preocupante en materia diplomática ante declaraciones y gestos del gobierno Británico.
El primer episodio fue en enero después del encuentro entre el presidente Macri y el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron. Pese hacer referencia al ilegítimo referéndum que los kelpers hicieron en 2013 como su principal argumento para no discutir la disputa de soberanía, Macri solo dijo que "fue una buena reunión constructiva” y que la voluntad de su gobierno era dialogar sobre todos los temas “incluido Malvinas”. En febrero fue el viaje a las Islas del ministro de Defensa británico, Michael Fallon. Durante su visita el funcionario reiteró que la soberanía de las islas es “inegociable” y que "el derecho de los isleños de decidir su propio futuro fue solucionado hace 30 años y confirmado en el reciente referéndum". Ya transcurrieron meses desde estos hechos y hasta la fecha no hubo ningún comunicado de parte del Gobierno argentino refutando estos argumentos y fijando la posición de nuestro país sobre el tema.
Pero esto no termina ahí. El 29 de febrero pasado el nuevo Gobierno Nacional decidió bajar de rango la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos Circundantes de la Cancillería al rango de Subsecretaría, siendo esto un gesto alarmante en lo que hace al compromiso del Estado argentino con el reclamo permanente de soberanía. Esta “desmalvinización” de la política exterior del nuevo gobierno, como dije al principio, terminó de evidenciarse el 1° de marzo cuando por primera vez desde el retorno a la democracia, un presidente omitió pronunciar en su discurso ante la Asamblea Legislativa a las Islas Malvinas.
Siempre respetuosos de la potestad de un gobierno democráticamente elegido de definir e instrumentar su política exterior de acuerdo a su programa, como ciudadano argentino y representante del pueblo fueguino me siento obligado a señalar este preocupante giro en lo que hace al reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas y los territorios circundantes. Apartándose de los ejes consensuados en la Declaración de Ushuaia –vale la pena leer las patrióticas intervenciones de legisladores del PRO y de la UCR durante el debate en el Congreso- el nuevo gobierno parece estar dispuesta a desandar el largo camino en la construcción de respaldos internacionales logrados durante los últimos 12 años con tal de estrechar una nueva alianza con los buitres de las finanzas y las colonias. ¿Con qué autoridad podrá el Estado argentino demandar en el futuro el respaldo de las naciones a su posición en torno al litigio si el propio jefe de Estado obvia los ejes fundamentales de nuestro reclamo en una reunión bilateral?
Entre 2003 y 2015 los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner marcaron un rumbo claro y una posición firme en torno a la Causa Malvinas, la cual logró cosechar contundentes apoyos de la comunidad internacional. Todos los países de América Latina y el Caribe que integran los organismos representativos de la región como Mercosur, UNASUR, CELAC y ALBA, el G77 más China, Rusia y los 54 países de África en particular, se manifestaron solidarios con la Argentina. Estos apoyos han sido permanentes en las Naciones Unidas, ámbito en el que Néstor y Cristina exhortaron sistemáticamente al Reino Unido a sentarse a la mesa de negociaciones, tal como lo establece la Resolución 2065 y demás resoluciones del organismo, y a poner fin a la militarización del Atlántico Sur. La elaboración del Informe Rattenbach, la reparación de derechos de los ex combatientes y veteranos de guerra, la construcción del Museo Malvinas y la emisión del billete de 50 pesos con el motivo de las Islas Malvinas son parte de esta política integral desplegada durante la última década. El reciente reconocimiento por parte de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (Clpc) de las Naciones Unidas a las nuevas dimensiones del territorio marítimo nacional presentados por el Gobierno Argentino en abril de 2009, es otro logro importante que refuerza nuestra posición respecto al litigio. Esta victoria diplomática y científica es la demostración de que el compromiso firme y constante con la defensa de la soberanía es el camino para alcanzar éxitos en estos asuntos.
“Diálogo, diplomacia y paz no significa vivir con la cabeza gacha; diálogo diplomacia y paz significa tener una diplomacia donde defendamos con altura y dignidad los derechos que son nuestros sobre las Islas Malvinas”. Estas palabras de Néstor Kirchner de abril de 2006 con motivo del Día del veterano de guerra y de los caídos en la Guerra de Malvinas son el espíritu que esperamos de cualquier gobierno que pretenda ser representativo del sentir del pueblo argentino. Podemos tener miradas distantes sobre múltiples temas, hasta concebir proyectos de país diferentes. Sin embargo, creo que la Causa Malvinas es una bandera en la cual todo el pueblo y toda la dirigencia argentina nos sentimos comprometidos. Es por esto que esperamos que el gobierno sea respetuoso de la memoria de nuestros compatriotas que dejaron la vida en nuestras Islas, firmes custodios del potencial que se encuentra en los mares que las rodean para el buen vivir de nuestros hijos y garantes de paz en nuestra región. Desde mi banca como Diputado Nacional y como militante de un proyecto político que tiene a la soberanía nacional como bandera, trabajaré todos los días para que así sea.

[1] DISPOSICIONES TRANSITORIAS: Primera.- La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Autor : Lic. Martín A. Pérez - Diputado Nacional
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