Megaoperativo antártico de EE.UU. debe abandonan un avión
El 22 de marzo de 1941

Megaoperativo antártico de EE.UU. debe abandonan un avión

22/03/2017
E

ste día, efectivos norteamericanos, que participaban de un gigantesco operativo militar de afirmación de la soberanía en distintos puntos del continente antártico, deben abandonar un avión biplano Curtiss en la isla Mikkelsen, al ser evacuado el personal instalado en la isla Stonnington. Poco antes, un avión similar había sufrido el incendio de un motor que lo inutilizó.
El operativo estaba a cargo del responsable del Instituto Polar, el explorador antártico Richard Byrd. Este fue encomendado por el presidente Franklin D. Roosevelt para “depositar objetos, actas, banderas, monedas y otros objetos en suelo antártico con el fin de fundamentar un reclamo de soberanía; dichas acciones debían no obstante permanecer en secreto hasta que el gobierno lo considerase oportuno” (Pablo Fontana. La pugna antártica).
Esta iniciativa surgió para anticipar el posible intento alemán de tomar posesión de regiones de ese continente.
Para llevar a cabo el operativo, Byrd contó con 125 hombres y cuatro aviones, que pudieron depositar “los reclamos en una amplia superficie” y enviar “las primeras fotografías de control de la Antártida con la radio de la expedición. Su principal objetivo consistía en comenzar una ocupación permanente para “…consolidar y extender la soberanía de los Estados Unidos sobre un área lo más extensa posible en el continente antártico…”, para lo cual realizó investigaciones en la Isla Stonnington, en el Mar de Ross y en Bahía de las Ballenas, regiones que eran consideradas de gran valor estratégico para la instalación de bases aéreas”.
Dada la proximidad de la zona del operativo con las áreas reclamadas por Argentina y Chile, los norteamericanos “se percataron de que necesitarían la ayuda de esos países. De esta forma, dos oficiales de cada país fueron invitados a participar en los barcos de la expedición. Incluso el gobierno estadounidense solicitó trasmisiones de informes meteorológicos desde el observatorio argentino en las Islas Orcadas del Sur durante el transcurso de la expedición” (op. cit.).  
Lo que comenzó como un intento de sentar precedentes soberanos, luego se justificó agitando el peligro del fantasma de la presencia nazi o japonesa en la Antártida, para obtener el consentimiento de los gobiernos de Argentina y Chile para la creación o uso de bases y se aseguró el abastecimiento de elementos para el operativo.

Autor : Bernardo Veksler
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