Oleada delictiva genera inseguridad en la Patagonia Austral
El 29 de marzo de 1904

Oleada delictiva genera inseguridad en la Patagonia Austral

29/03/2017
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lrededor de esta fecha, un integrante de la Compañía de Tierras del Sud detecta un faltante importante de dinero, que le fue sustraído en el trascurso de su viaje hacia la localidad de Trelew. Las sospechas se centraron en dos empleados de la empresa de nacionalidad norteamericana, de apellidos Hood y Grice, que en el viaje estaban a cargo de la conducción de la carreta.
Estos personajes, según la investigación policial desarrollada, estaban relacionados con los bandoleros de esa misma nacionalidad, que se habían afincado en Cholila, Robert Leroy Parker (alias Butch Cassidy), Harry Longabaugh (alias Sundance Kid), y Ethel Place, concubina del último.
La pesquisa consideró que los acusados habrían utilizado los apodos de Wilson y Evans y se les adjudicó una serie de delitos en Santa Cruz y Chubut, entre ellos el asalto del Banco de Tarapacá de Río Gallegos.
Para  esa época, “una serie de robos cada vez más audaces, comenzaban a preocupar y llamar la atención de las autoridades de Chubut (…) En junio de 1907, la policía de la Capital Federal envió a Río Gallegos una filiación y fotograbados de varios individuos y una mujer, los cuales suponían los asaltantes de los bancos de Bahía Blanca, San Luis y Tarapacá. El informe mencionaba a Harvey Logan, Jorge Parker, Harry Longbaugh y Etta Place. Aclarando que se  trataba de personas hábiles para disparar armas de fuego, peligrosos y con antecedentes criminales. Aconsejando las mayores precauciones al tratar de capturarlos” (Ernesto Maggiori. Historias de Fronteras).
Las andanzas de los bandoleros de origen norteamericano ya incluían, además de a los nombrados, a Mansel Gibbon y su hijo Daniel, Ricardo Knight Perkins y Andrew Duffy (alias “Diente de Oro”), que al parecer “fue muerto en Río Pico por sus mismos compañeros de banda”, presuntamente “hacia agosto de 1910. Duffy había formado parte de la gavilla que en los Estados Unidos asaltaban bancos y trenes y según contaba Gibbon en esos años, Duffy todavía poseía parte de un gran diamante que habían robado a un banco y que al parecer para repartirlo lo había hecho pedazos con una maza” (op. cit.).
Este auge delictivo despertó el interés de la agencia de detectives Pinkerton, que envió agentes a la Patagonia para localizar a los bandoleros. Algunos, cuando percibieron indicios de esta persecución, emigraron hacia otras regiones.

Autor : Bernardo Veksler
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