Londres propone permutar Orcadas por un terreno en Capital
El 5 de julio de 1913

Londres propone permutar Orcadas por un terreno en Capital

05/07/2017
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n un memorándum, fechado este día, “el ministro Plenipotenciario inglés, sir Reginald Tower, le ratificaba al canciller doctor Ernesto Bosch, los términos de una conversación informal mantenida días antes, en cuyo transcurso le había hecho conocer una proposición de lord Grey, en el sentido de renunciar el Imperio para siempre a las Orcadas, a cambio de recibir en compensación un solar apropiado para edificar en él la futura sede de la legación en Buenos Aires” (Ernesto J. Fitte. Crónicas del Atlántico Sur).
La propuesta fue recibida favorablemente en Buenos Aires, pero las divergencias se hicieron presentes al momento de darle forma al borrador de convenio que legalice la transacción. “Gran Bretaña insistía en dejar expresa constancia en su redacción, que transfería una soberanía que le era propia, enfoque por supuesto inaceptable para nuestro gobierno, el cual se inclinaba, contemporizador, a suprimir por innecesaria toda referencia sobre el escabroso punto, sugiriendo sencillamente decir, en su lugar, que con la transacción convenida las islas, en lo sucesivo, se considerarían definitivamente incorporadas al patrimonio argentino”.
Las tratativas se vieron interrumpidas por el comienzo de la Primera Guerra Mundial y recién en 1927 hubo algún intento por reactivarlas. “La oportunidad había pasado; pronto iba a desencadenarse la guerra fría por la conquista de la Antártida, y por el contrario, la estrategia británica en lo venidero elevaría su puntería, buscando afanosamente avanzar hacia el corazón del continente blanco”.
Argentina se había establecido en la isla Laurie, del archipiélago de las Orcadas del Sur, en 1904, a partir de aceptar la propuesta de una misión científica escocesa de hacerse cargo de las instalaciones construidas a cambio de continuar las observaciones.
Desde entonces, la soberanía sobre esas islas no fue cuestionada por Londres; salvo por un oficio dirigido, dos años después, al canciller argentino donde le advirtió “cortésmente que, a pesar del aparente beneplácito oficial que se desprendía del patrocinio brindado por él a la gestión, el gobierno de Su Majestad Británica entendía no haber enajenado su dominio sobre las islas. Era indudablemente un poco tardía la reacción, y el “faux pas” (el paso en falso) diplomático, ya no tenía arreglo” (op.cit.).   

Autor : Bernardo Veksler
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