Anulan la prohibición de cazar anfibios en costas patagónicas
El 6 de julio de 1831

Anulan la prohibición de cazar anfibios en costas patagónicas

06/07/2017
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n decreto, firmado este día, deroga una norma similar de octubre de 1829, dejando sin efecto la prohibición de cazar anfibios en las costas patagónicas. La norma imponía, a los barcos que exploten el recurso, una tasa de cinco pesos por tonelada de captura.
Los primeros intentos de regular la acción depredadora ejercida por flotas europeas y norteamericanas sobre la fauna del Atlántico Sur, se instrumentaron a partir de 1821, “durante la administración de (Bernardino) Rivadavia y el General (Martín) Rodríguez, se reglamenta la pesca de anfibios en toda la Costa Patagónica”; y se envió” a esos mares a buques de guerra para hacer efectivo el cobro del “impuesto de cinco pesos por tonelada”. (Sergio Esteban Caviglia. Malvinas: Soberanía, Memoria y Justicia).  
En 1828, se le otorgó a la incipiente colonia establecida en las islas “el derecho exclusivo a la pesca en todas ellas y en las costas del continente al Sur del Rio Negro de Patagones”.
Así, comenzaba a cumplir un rol de custodio de la soberanía la dependencia asentada en Puerto Soledad. Esta función se ejerció desde 1820, cuando Daniel Jewett, a bordo de la fragata “Heroína”, llegó a las Malvinas “como coronel de la Marina del Superior Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América para tomar posesión de las islas en nombre del país”.
El 6 de noviembre, realizó un acto de soberanía con un desfile militar, que “fue presenciado por una cantidad de marinos extranjeros (…) Ni los americanos ni los testigos británicos se opusieron, ni realizaron luego reclamos. Jewett entonces envió notas a los barcos de Estados Unidos y Gran Bretaña”. La autoridad delegada estimó que en ese momento había unos cincuenta barcos en Malvinas.
Las Provincias Unidas prohibieron a partir de este momento la pesca, la caza y lobería en y alrededor de las islas sin permiso de Buenos Aires. Jewett procedió luego a la detención de las naves dedicadas a la caza ilegal de lobos y ballenas. Entre ellas detiene a la goleta norteamericana “Rampart”, procedente de Lima. La captura de esta nave, tras su arribo a Buenos Aires, generó la embestida del agente de los Estados Unidos en Buenos Aires, “que acusaba a Jewett de pirata, como lo harán después con Vernet. Tras largas discusiones diplomáticas, con muchos intereses cruzados, el Tribunal de Presas se expidió en contra del capitán de la Rampart” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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