n la edición de este día del diario “La Prensa”, se informa que el gobernador del Territorio “envió ayer al Ministerio del Interior un telegrama , en que confirma los hechos ya conocidos sobre la invasión de 300 personas de Chile perseguidas por Carabineros del mismo país (…) Ayer quedó definitivamente resuelto – aunque en el Ministerio del Interior no se suministró información alguna- el envío de un escuadrón de caballería de línea a la región de Santa Cruz en que ocurren los sucesos que son de dominio público”.
El incidente se originó en un conflicto ocurrido cuando el sueco “Carlos F. Von Flack se presentó, junto a unos carabineros, ante pobladores que desde años atrás ocupaban, con sus familias, ganados y mejoras, pacíficamente el valle del Aysén”. Este personaje “lucía uniforme militar y se hacía llamar “Comisario de El Baker”. Accionaba secundado por su hermano Rodolfo, quien decía ser parte de la armada sueca; se hacían acompañar por dos soldados” (Ernesto Maggiori. Los años de la Revolución en Patagonia 1918-1930).
Esta situación límite fue generando una violenta resistencia contra la alianza entre Von Flack con algunos funcionarios y carabineros. “Alegando derechos adquiridos sobre esas tierras, en su carácter de primeros ocupantes, se rebelaron a las órdenes recibidas, y se alistaron bajo el mando de un vecino de esa región, D. José A. Silva, levantándose en armas para repeler cualquier acto de fuerza que se pretendiera efectuar”, informó un diario chileno.
El desplazamiento hacia territorio argentino se produjo a raíz de que los carabineros habían incendiado casas de los campesinos y dejado desamparadas a las familias que las habitaban. Pero la resistencia armada impidió la concreción del despojo y se produjeron enfrentamientos con varios carabineros muertos.
Estas acciones de resistencia provocaron una gran solidaridad a ambos lados de la frontera hacia los campesinos que defendían sus tierras. La convulsión se extendió en la región y la presencia de tropas argentinas hacía prever un recrudecimiento del conflicto.
Pero la tozuda resistencia dio sus frutos y los campesinos lograron un reconocimiento precario de sus derechos a la tierra que ocupaban. De esta manera, “la trama fraudulenta de entrega de tierras que se venía gestando entre empresarios inversionistas y funcionarios gubernamentales” encontró un límite inesperado.
