ste vez le tocó a Barcelona. Como ya sucediera en ciudades de todo el mundo, un ataque terrorista causó más de 10 muertos y decenas de heridos. En tiempos en que los medios masivos y las redes sociales diluyen las fronteras, las imágenes del horror recorrieron el planeta en pocos minutos y permitieron dimensionar la magnitud de una tragedia que no debe repetirse.