n la edición de este día, el diario “El Mercurio” divulga el hallazgo de los restos más antiguos que se hayan detectado de ejemplar demilodón. Los investigadores del Centro de Estudios del Hombre Austral habían encontrado también restos de una pantera y de un ancestro de llama en la Cueva Chica del cerro Benítez, en la provincia de Última Esperanza. La cueva tiene 63 metros de largo y 20 de ancho
Se trataba de “los restos más antiguos de milodón hasta ahora descubiertos, incluso más viejos que los que aparecieron a principios de siglo XX en las cercanas cuevas del Milodón (de 180 metros de largo por 150 de ancho) y del Medio (de 87 metros de largo por 41 de ancho). Se trata de fragmentos de huesos de vértebras y del brazo de un ejemplar juvenil, que datan de hace 14 mil años”.
Los restos hallados en la Cueva del Milodón, a 14 kilómetros de Puerto Natales, habían causado gran sensación en el mundo científico de la época y hubo varias expediciones que se propusieron encontrar ejemplares vivos de la especie.
El milodón, pertenecía a la familia de los perezosos, y los ejemplares encontrados entonces habían alcanzado en vida una altura de dos metros y medio y un peso de tres toneladas, y tenían una antigüedad de entre diez mil y trece mil años.
“Además, apareció un hueso de la extremidad posterior de una pantera patagónica (Panthera onca- mesembrina), un felino que pesaba unos 62 kilos que data de hace 12.800 años y los probables restos de un camélido (Lama gracilis) de apariencia semejante a un guanaco actual, pero de tamaño corporal más pequeño”.
Los investigadores participaban del proyecto Fondecyt, patrocinado por la Universidad de Magallanes, que llevaron a cabo dos campañas en los meses de julio y octubre del año del año de la publicación. El propósito de la labor científica era poder obtener indicios que permitan dilucidar si los primitivos pobladores de la región, que llegaron hace unos once mil años, pudieron alojarse en esas cavernas y si llegaron a compartir la geografía austral con esa fauna ya extinguida; que incluye, además de las encontradas, a otras especies de la región como el tigre dientes de sable y al caballo patagónico.
Hasta ese momento, los científicos no estaban en condiciones de asegurar que haya existido esa convivencia ni que los primeros humanos australes hayan encontrado protección en esas cavernas.
