e repartir culpas y de simplificar temas complejos. De especular todo el tiempo sin conocer a fondo los hechos. De hacer lecturas políticas baratas, que ofenden a quienes está sufriendo de verdad toda esta penosa situación. De prejuzgar y de buscar a cada rato presuntas grietas argumentales para usarlas en beneficio propio. De hablar sin saber, de concluir antes de pensar, de odiar en lugar de sufrir. Por qué no paramos un poco.