l aviso ARA “Islas Malvinas” de la Armada Argentina, que se encontraba cumpliendo con la fase inicial de la vigésima “Patrulla Antártica Naval Combinada” (PANC) regresó del Continente Blanco para sumarse a las tareas de búsqueda y rescate del submarino ARA “San Juan” extraviado desde el pasado 15 de noviembre, confirmaron a EDFM fuentes oficiales.
La embarcación pasó primero ayer por Ushuaia, su apostadero natural, donde se reabasteció de agua y combustible, y luego continuó viaje hacia Comodoro Rivadavia.
Inicialmente, se iba a cargar aquí el minisubmarino y otros pertrechos enviados por el gobierno ruso, pero durante el fin de semana se resolvió que esa operatoria se hiciera directamente en Chubut.
La intervención del aviso está relacionada con la ayuda comprometida por el presidente ruso Vladimir Puttin en una conversación personal que mantuvo con su par argentino Mauricio Macri, a propósito del operativo para hallar al submarino San Juan.
Rusia envió un minisubmarino con alta capacidad de inmersión, además de un equipo de especialistas y otro equipamiento de alta tecnología, a bordo de un avión Antonov An-124, uno de los más grandes del mundo.
La aeronave aterrizó el viernes a la noche en Comodoro Rivadavia, y según el plan inicial, la idea era reabastecerse de combustible y continuar viaje a Ushuaia, donde hubo preparativos para recibirlo esa misma noche y durante la mañana del sábado.
El equipamiento distribuido en dos contenedores iba a ser trasladado hasta el puerto de la ciudad donde se iba a esperar la llegada del Islas Malvinas, “entre el sábado a la noche y el domingo a la mañana” para efectuar la carga y volver a zarpar rumbo a la zona de la búsqueda.
Según trascendió, los rusos habían pedido efectuar el traslado en el aviso de la Armada que fue construido en Rusia y que fue adquirido por Argentina unos años atrás, junto a otros similares.
Incluso la Dirección Provincial de Puertos ya tenía un espacio reservado en el muelle para llevar a cabo el operativo.
Sin embargo, durante el mediodía del sábado, la coordinación de las tareas de búsqueda y rescate del submarino entendió que era más lógico que el Antonov descargara el equipamiento en Comodoro Rivadavia, y que el “Islas Malvinas” continuara su derrotero a Chubut, con una escala en Ushuaia.
El aviso había partido de la capital fueguina el 11 de noviembre, para cumplir con la etapa denominada “Alfa” de la PANC, la actividad conjunta con la armada de Chile que se realiza todos los años para controlar el tráfico marítimo y atender eventuales incidentes de otras embarcaciones que recorran la zona antártica durante el verano.
El buque con 50 tripulantes tenía previsto permanece 40 días en la Antártida hasta regresar a puerto el próximo 21 de diciembre, mientras que el ATF “Lautaro”, un remolcador de la armada chilena, iba a cumplir la segunda etapa de patrullaje (llamada “Bravo”) y luego el aviso argentino volvería al continente blanco entre el 23 de enero y el 26 de febrero para la tercera etapa (“Charlie”).
El incidente ocurrido con el “San Juan” cambió los planes y llevó al repliegue del buque.
El ARA “Islas Malvinas” es un barco ruso incorporado a la Armada el 5 de diciembre de 2015, junto a otras tres embarcaciones.
Pese a su corta trayectoria en las filas nacionales, ya tiene experiencia antártica, porque participó de la campaña de reabastecimiento de las bases argentinas de 2016.
El buque que antes operaba en el Ártico está equipado para navegar en zonas de hielo, producto de su doble casco reforzado y de las hélices protegidas de sus motores, afirman los especialistas.
Por su parte la patrulla antártica combinada se realiza desde 1998 de manera ininterrumpida.
A la dotación habitual de los barcos participantes, suelen sumarse buzos tácticos, señaleros y otros especialistas que hacen falta para cumplir la misión antártica.
Ahora el barco argentino tiene una misión bien diferente: transportar hasta el lugar donde buscan al submarino, a un grupo de rescate y al vehículo sumergible teledirigido denominado Pantera Plus, que llegó a bordo del Antonov.
Se trata de un minisubmarino con una capacidad de inmersión de hasta 1.000 metros de profundidad, que se sumará a otro de origen norteamericano y a decenas de naves y aviones que desde hace 10 días realizan un rastrillaje en busca del “San Juan” y su tripulación.
