Desde AFARTE manifestaron “preocupación” y “sorpresa” por la actitud del gremio metalúrgico
La UOM Río Grande se bajó del acuerdo que establecía un congelamiento salarial por dos años

Desde AFARTE manifestaron “preocupación” y “sorpresa” por la actitud del gremio metalúrgico

Desde la cámara empresarial que reúne a las industrias instaladas en Río Grande sostuvieron que la homologación del acuerdo que debía realizarse ayer “era un mero trámite administrativo y corriente, que no formaba parte de ninguna negociación”. Y deslizaron que “habría que ver si al no homologarse, el acuerdo pierde vigencia”. “Estamos en una hora muy crítica. O paramos la pelota y generamos productos más baratos, o esto nos saca a todos de la cancha”, señalaron desde AFARTE.
06/12/2017
E

l presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE) Federico Hellemeyer, declaró ayer que el sector empresarial se encuentra “muy preocupado” por la decisión de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Río Grande, de bajarse del acuerdo que implicaba un congelamiento salarial para el sector por el término de dos años.
El establecimiento de sueldos fijos durante 24 meses estaba incluido en un anexo del acuerdo suscripto el 13 de noviembre pasado por funcionarios del Gobierno nacional, el Gobierno de Tierra del Fuego, la UOM, y AFARTE, cuyo objetivo fue garantizar la “sustentabilidad” y la “productividad” del régimen industrial fueguino.
Entre otras medidas, las partes acordaron ese día una reducción gradual de los impuestos internos para productos electrónicos no fabricados en la Isla, que las autoridades nacionales proponían -inicialmente- eliminar de una sola vez.
En ese contexto, y para mejorar la productividad de las industrias y disminuir el precio final de los artículos fabricados en la provincia, el gremio metalúrgico y AFARTE avanzaron en un documento que congelaba los salarios desde junio de 2018 a junio de 2020, a cambio de que no se produjeran despidos en ese mismo período.
Sin embargo, el acuerdo precisaba todavía para su entrada en vigencia, de la homologación ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, y fue ese trámite el que se negaron a realizar ayer los metalúrgicos de Río Grande.
“Para nosotros es algo sorpresivo. La homologación del documento es un mero trámite administrativo y corriente. No forma parte de ninguna negociación. Creemos que es algo muy extraño y habría que ver si al no homologarse, el acuerdo pierde vigencia”, sostuvo Hellemeyer en dialogo con EDFM.
La cámara empresarial entendió también que el argumento de que el Gobierno Nacional cambió las reglas al aprobar las licencias automáticas para electrónicos es “falso” ya que “esa medida venía siendo adelantada por las autoridades nacionales desde su asunción”, dijo.
Por otro lado, el presidente de AFARTE consideró que sin el congelamiento salarial al que se había comprometido el gremio, “es imposible cumplir con las metas de competitividad que reclama el Gobierno nacional y bajar los precios de los productos finales”.
“Todos los puntos del acuerdo de noviembre son imprescindibles. Desde lo que corresponde a la provincia hasta lo que compete a la Nación, como la erradicación del contrabando de celulares, la mejora de rutas o de la logística y el transporte. Todo es clave porque estamos en una hora muy crítica. O paramos la pelota y generamos productos más baratos, o eso nos saca a todos de la cancha”, graficó el empresario.

El fantasma de los despidos

Hellemayer declaró también a otros medios de prensa que “lo que nos tiene que preocupar es que nosotros no logremos llegar más barato al consumidor. Hay que lograr bajar costos aduaneros, resignar rentabilidad de las empresas, bajar la incidencia del fisco local en la estructura de costos y bajar lamentablemente el costo laboral, con el esfuerzo que significa para los trabajadores. Para eso fue el acuerdo con la UOM”, enfatizó.
En ese sentido, el titular de AFARTE consideró que el principal perjudicado por la decisión de la UOM será el trabajador metalúrgico, ya que el acuerdo “también contenía una cláusula de paz social, que impedía la realización de despidos por el mismo período que duraba el congelamiento salarial”.

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