omo si conociera todos los recovecos judiciales desde la creación de la provincia, este perro negro ingresó a la sesión del Consejo de la Magistratura del último miércoles, en plena selección de ocho nuevos jueces. Quiso averiguar los nombres y los antecedentes de los postulantes, preguntó el fundamento de los votos de los consejeros y hasta arriesgó un resultado antes de que se realizara la votación. Sin respaldo político, fue echado sin miramientos del recinto, y se fue ladrando a la Luna en busca de Justicia.