Experimentan un vehículo antártico de 16,75 metros de largo
El 11 de enero de 1940

Experimentan un vehículo antártico de 16,75 metros de largo

11/01/2018
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ste día, llega a la Antártida el vehículo terrestre “Antarctic Snow Cruiser”, más conocido como “Pingüino 1”,  capaz de desplazarse sobre la nieve y el hielo en labores de exploración en la Antártida. Estaba concebido para participar de la gran exploración que encabezaba el recientemente nombrado almirante de la Armada Richard Byrd.
La unidad fue diseñada durante dos años por un equipo de la “Research Foundation of the Armour Institute of Technology” de Chicago, con el propósito de alquilárselo al Servicio Antártico de Estados Unidos.
Las dimensiones del vehículo eran: 16,75 metros de largo, 4,5 de altura y 6,10 de ancho. Disponía de una autonomía de entre 6.500 y 9.500 kilómetros. Podía contar con una tripulación de entre 4 y 6 personas, con habitáculos para dormir, comer y realizar experimentos científicos. Tenía otra particularidad especial: podía viajar todo el año y de forma ininterrumpida durante las 24 horas del día, a una velocidad superior a ocho kilómetros por hora.
“El peso bruto se situaba en torno a las 34 toneladas. Este enorme monstruo fabricado en acero se sostenía sobre cuatro neumáticos de tres metros de diámetro fabricados por Goodyear calzados en llantas de 66 pulgadas (…) Además, el Snow Cruiser se valía de uno de los sistemas más fascinantes y revolucionarios para hacer frente a este reto. Ante una gran fisura en el hielo, dos bombas hidráulicas eran capaces de plegar el eje delantero, apoyando el vehículo sobre su panza y arrastrándose impulsado por el eje trasero. Una vez alcanzado el otro extremo desciende el eje trasero y se despliega el delantero para ejercer de tren motriz. Ingenioso y complejo a partes iguales.” (www.motor.es).
Pero el desembarco en la Antártida no fue todo lo auspicioso que se esperaba. “El vehículo sufrió daños al ser desembarcado ya que la rampa que se había instalado cedió con el peso. Una vez sobre el hielo, los pilotos comprobaron que las enormes ruedas se hundían en la nieve y patinaban continuamente. Para mejorar la tracción, decidieron instalar las dos ruedas de repuesto en el eje delantero y colocar cadenas en las ruedas traseras” (afanporsaber.com).
Pero, un par de meses después, el vehículo fue abandonado y acabó sepultado bajo la nieve. En 1958 una expedición polar llegó a detectarlo aunque volvió a desaparecer sin que, desde entonces, nadie lo haya visto de nuevo.

Autor : Bernardo Veksler
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