Recuerdan una visión crítica sobre la religiosidad selk´nam
El 16 de enero de 2009

Recuerdan una visión crítica sobre la religiosidad selk´nam

16/01/2018
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n artículo publicado, este día, por la Agencia APP recuerda una recopilación de distintas visiones críticas sobre las creencias de los selk´nam, escrita por el historiador José María Rosa, en la década del treinta del siglo pasado.
Una de las referencias que tomó Rosa, en su  texto “La carencia de sociedad y religión entre los Onas”, fue el salesiano José María Beauvoir, quien se había extrañado “de que los Onas no tengan la menor idea de la divinidad, no rindan culto a nada y se muestren asombrados cuando se les habla de un gran ser que ha creado el mundo y lo preside: Un descreimiento tal parecería contrario a esa ley universal que hace a los hombres adorar a Dios en todas partes del universo”.
Otro de las opiniones reflejadas fue la de Tomás Bridge, quien en “una conferencia pronunciada en 1880 en el Instituto Geográfico Argentino, sostuvo que “el pasado (para los Onas), les es incógnito no menos que el porvenir. Para ellos no hay Dios, ni bien ni mal, ni espíritu que temer, excepto uno que otro fantasma”.
Luego, mencionó a “los marinos franceses Hyades y Deniker en su “Mission scientifique française au Cap Horn”, quienes señalaron: “Nosotros los hemos observado bien atentamente respecto a este punto de vista (el religioso)... y jamás les hemos podido encontrar la menor alusión a un culto cualquiera, ni a una idea religiosa”. Más adelante, añadieron: “No tienen la menor idea del sentimiento religioso... se trata de hombres que jamás han adorado nada”.
Carlos R. Gallardo hace idéntica observación: “Nada hay que nos autorice a creer que los Onas tengan ideas definidas sobre la existencia de un Ser Supremo, o sobre un poder invisible que rija sus actos, como tampoco se encuentran templos,... no veneran el sol, la luna, las estrellas, ni nada... no tienen ídolos, ni fetiches, ni amuletos... no usan plegarias, sacrificios, ofrendas ni demás formas exteriores del culto”.
Rosa concluyó: “Nos encontramos ante un pueblo realmente desconcertante: quizás el único pueblo del globo que no tenga culto religioso es éste que habita el extremo austral de nuestra República. Y no se crea que son hombres decaídos a un estado análogo al idiotismo, y que por lo tanto no precisan explicarse nada, ni suponer nada. Tienen una inteligencia regular, y bastante vivacidad: simplemente – aún cuando no carecen de cierta idea mágica – son pura y absolutamente  irreligiosos” (op-cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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