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l intendente de Río Grande, Gustavo Melella, lanzó una batería de decretos para vetar ordenanzas que fueron aprobadas por el Concejo Deliberante, que estaban dirigidas a dar respuesta a vecinos que solicitaron la pavimentación de las calles de donde son frentistas, para mejorar su calidad de vida.
Para fundamentar el rechazo a las ordenanzas sancionadas, el intendente Melella hace mención a que existe un plan de pavimentación que está acotado y diagramado según las necesidades detectadas durante el año 2017 y que “a través la ordenanza Municipal 3749 se aprobó dicho plan de obras públicas”.
En el Decreto de veto al proyecto para pavimentar la calle Wilson, desde Catamarca hasta Lisa de Trejo; en los fundamentos, el intendente Melella esgrime que esa arteria “no está incluida en el plan de pavimentación, pero si en el de mantenimiento de calles el cual pretende cambiar el paquete estructural de la calle adicionando al mismo, productos que mejoran la transitabilidad y evitan, en gran medida, el levantamiento de polvo y el rápido deterioro de la calzada”.
Agrega que “al pavimentarse esta calle solo brindaría servicio a una pequeña fracción de vecinos, quedando un gran tramo de pavimento directamente beneficiando a una empresa privada y a futuras urbanizaciones que se han tramitado ante el municipio, las cuales deberían realizar obras de tendido de redes pavimento”.
En tanto, respecto al veto total al proyecto de ordenanza sobre Construcción de rotonda en intersección de calles Santa Rosa, Rosa Masobrio, Virrey Liniers y Pioneros Fueguinos; indica que “plantear la construcción de una rotonda sin previo estudio de tránsito vehicular y peatonal el cual determinara el tipo de solución urbanística a realizar podría devenir en una obra sin sentido y hasta peligrosa para la comunidad”.

Cuestión de equilibrio

Otro de los argumentos esgrimidos por el intendente Gustavo Melella para vetar las ordenanzas para pavimentar calles, es que “sumar o restar calles a pavimentar desequilibra sensiblemente lo establecido en el plan de pavimentación el cual requiere el diseño de estrategias de trabajo acorde a las temporadas de construcción que se fraccionan en dos tandas”.
Además, crítica al Concejo por querer arrogarse facultades que no le competen, al indicar que el artículo 71 de la Carta Orgánica Municipal “dicta de forma contundente que el Consejo (sic) Deliberante no puede sancionar ordenanzas que importen gastos, sin establecer los recursos necesarios para satisfacerlos cuando no existan fondos disponibles asignados dentro del presupuesto general. Es nula toda ordenanza en violación de esta norma”.
Y, además puntualiza que “no es facultad del Consejo (sic) Deliberante dictar ordenanzas sobre la realización de obras de cualquier tipo, las cuales no tienen un estudio previo tanto técnico, social o económico, pero si normativas que trasciendan lo particular y velen por el bienestar de todos los ciudadanos”.