Un alemán diseña un plan de explotación de árboles caídos
El 2 de febrero de 1928

Un alemán diseña un plan de explotación de árboles caídos

02/02/2018
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ste día, el inmigrante alemán Carlos Hoffman escribe una carta a su esposa, desde la estancia Río Verde, relatando las actividades que desarrollaba como empleado de la casa Braun & Blanchard. Además de la descripción del típico paisaje del norte fueguino, comparte un plan para la explotación de la gran cantidad de árboles caídos en la zona.
Hoffman le cuenta a su esposa: “Llegué a convencerme de que la única forma de explotación rentable es el proyecto de destilación utilizando la madera. Sin embargo, habría que proteger los árboles vivos que sirven para la construcción, para hacer estacas y para cercos. La ventaja es que hay innumerables toneladas de madera absolutamente seca (al aire)” (Mateo Martinic B. Recuerdos e impresiones de dos inmigrantes alemanes en Magallanes).
Luego, precisó su plan: “este es mi cálculo: en 10.000 hectáreas tenemos un promedio de 200 metros cúbicos de madera colorada (buena y dura) por hectárea. Eso nos da una base fija de 2 millones de metros cúbicos para explotar. La ubicación de este campo no podría ser mejor, ya que Puerto Curtze queda a unos 10 o 15 kilómetros del punto más lejano de esas 10.000 hectáreas. Si se eligiera sacar la madera por el puerto de la estancia Puesto del Indio, las condiciones serían aún más favorables, ya que habría bosque por los dos lados del puerto. En verano se podrían explotar las llanuras bajas y en invierno las planicies secas de más arriba.
En otro párrafo sigue describiendo su proyecto: “con una motosierra tendrían que cortar primero la madera en pedazos de un metro de largo. Estos trozos se llevarían sobre trineos hasta la fábrica. Aquí se debería hacer trozos de un tamaño más adecuado. La madera de mala calidad o demasiado delgada se podría usar para calentar las calderas y los retortes. A su vez, los concesionarios de estas tierras deberían considerarse afortunados de que les ofrezcan una solución tan barata para despejar el campo (...) Lo primero que hay que hacer es averiguar exactamente el tamaño y el costo de instalación y operación de la planta destiladora. Además hay que estudiar las posibilidades de venta del producto (seguramente los mejores mercados serían Chile, Argentina y Europa)”.
Además, Hoffman observó que en “las estancias Ponsonby y Palomares hay arena caliza para hacer acetato alumínico” y que sería aconsejable la siembra de pasturas.

Autor : Bernardo Veksler
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