ste día, un incendio de bosques en las inmediaciones de la laguna Figueroa, en territorio chileno, atraviesa la línea fronteriza y penetra unos seis kilómetros en la zona de Río Turbio, generando alarma en el poblado minero.
La angustia de los vecinos se agravó al escucharse una seguidilla de explosiones, provenientes del lado chileno, que estremecieron a los pobladores. Según los testimonios recogidos pudieron oírse sesenta y cuatro detonaciones (Rodolfo Cananor. Cronología Patagónica).
La causa de las explosiones fue adjudicada a la existencia de campos sembrados de minas antipersonales y que fueron detonadas por las altas temperaturas que se produjeron durante el avance del incendio, que recién pudo extinguirse al cabo de varios días, al producirse un cambio de las condiciones climáticas.
En la Región de Magallanes existían varias zonas de campos minados con miles de explosivos. A unos 43 kilómetros al norte de Puerto Natales, su presencia era visible por los carteles de alerta a orillas de la carretera.
Las tensiones que se generaron durante la vigencia de las dictaduras militares instaladas en ambos países, especialmente por la disputa limítrofe por el canal de Beagle, derivó en que el ejército chileno cubriera sus fronteras con minas antitanques y antipersonales en áreas estratégicas, donde presumían que podían incursionar tropas y tanques invasores.
En esa zona existían cuatro campos minados en el sector de laguna Figueroa, al borde de la ruta 9 que une Puerto Natales con el Parque Nacional Torres del Paine, que acumulaban unos 1500 explosivos.
Las minas antitanques estaban enterradas a unos treinta centímetros de la superficie del terreno y contaban con un diámetro de veinte centímetros. El 16 de octubre de 2012 comenzaron las tareas de desminado por parte de personal especializado del ejército chileno. La acción fue ordenada por la Comisión de Desminado Humanitario de las Naciones Unidas.
“Los trabajos se realizaron con planos y modernas máquinas detectoras de metales, además del equipamiento de seguridad que llevaba el personal de expertos” (El Natalino, 2/1/2013).
La finalización de las tareas de desminado se concretó a fines de ese año y a mediados de enero de 2013 se realizó un acto para celebrar la liberación de la zona de ese peligro latente, con la presencia de un veedor de la Comisión de Desminado Humanitario.
