La reina Victoria vende la mitad de la malvinera isla Soledad
El 16 de marzo de 1846

La reina Victoria vende la mitad de la malvinera isla Soledad

16/03/2018
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ste día, la reina Victoria vende “a Samuel Fisher Lafone, todas las tierras de la isla Malvina del Este (Soledad), situadas al sur de la bahía de Choiseuil; la enajenación involucraba también un lote de medio acre en el ejido de Puerto Stanley, y otro de veinticinco en los suburbios. El convenio se había gestado con el visto bueno del gobernador Richard C. Moody” (Ernesto J. Fitte. Crónicas del Atlántico Sur).
Por una de las cláusulas de la operación, “Lafone adquiría por el término de seis años y medio, el derecho a capturar todo el ganado cerril –vacuno y caballar- que se encontrase pastando dentro de aquellos límites, tan vagamente descriptos”.
El negocio para el comprador era descomunal, dado que, según estimaciones oficiales, había unas 40 mil cabezas bovinas y cuatro mil equinas, que se habían asilvestrado luego de sucesivas introducciones de ganado por parte de los españoles.
“En concepto de retribución total, el beneficiario se obligaba a pagar al Estado la suma de 60.000 libras, las primeras 10.000 al contado, y el saldo en cuotas anuales de 5.000, a partir del 1° de enero de 1851”.
Esta operación “constituyó la piedra angular de un inmenso imperio, metido como una cuña en el armazón de otro, a poco trecho las cartas de Malvinas designarían con el nombre genérico de “Lafonia”, a la vasta región transferida a manos de dicho particular”.
Dos años después, una nueva transformación se avecinaba y aportaría consecuencias a toda la región: el capitán Sullivan, que se había enamorado de la naturaleza de las islas durante siete años que relevó sus costas, “regresaba ahora con el “Australia”, de 350 toneladas, habiendo acomodado en su interior a su familia y a un plantel de ovejas, convencido que la economía del archipiélago sólo haría camino con la exportación de lanas”.   
También la venta de media isla Soledad tendría consecuencias futuras. Lafone propuso la formación de la “Royal Falkland Catle, Seal and Fishery Co.”, como una sociedad anónima para dinamizar la producción de las islas. Estas negociaciones concluyeron en abril de 1851, cuando se convocó a una asamblea de accionistas para dejarla constituida. Una de las resoluciones adoptadas fue simplificar el nombre por el de “Falkland Islands Company”, cuyo poder monopólico generó un permanente y poderoso lobby contra cualquier intento de negociación con Argentina.

Autor : Bernardo Veksler
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