Una ley obliga al registro y tratamiento sanitario de los perros
El 28 de marzo de 1979

Una ley obliga al registro y tratamiento sanitario de los perros

28/03/2018
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ste día, se sanciona la Ley Territorial Nº 126, que impone la obligatoriedad a los propietarios de perros domésticos de una serie de normas para regular la conflictiva relación entre seres humanos y canes en el ámbito urbano fueguino. Esta norma es una de las primeras promulgadas en ese sentido en Tierra del Fuego.
El artículo 1º establece que es obligatorio en todo el Territorio Nacional de Tierra del Fuego “el registro ante las autoridades competentes y el tratamiento antiparasitario, de la especie canina, así como el empleo de todos los medios de profilaxis y de lucha contra la hidatidosis y otras zooantroponosis que determine la reglamentación”.
En el artículo siguiente, impone que “todo perro deberá poseer collar con chapa identificatoria incluyendo constancia de servicio sanitario y para transitar por la vía pública urbana deberá llevar puesto bozal y correa”.
El incumplimiento de estas normas, “por parte de los propietarios de perros, de las medidas de profilaxis y de identificación que dispongan las autoridades, será penada con multa no menor de PESOS DIEZ MIL ($10.000) ni mayor de PESOS CIEN MIL ($100.000), debiendo además dar cumplimiento a tales medidas en el plazo de DIEZ (10) días bajo apercibimiento de sacrificar el animal o entregarlo a establecimientos de investigación científica”.
La ley mencionada también contemplaba la problemática de los perros asilvestrados, al determinar que “las autoridades de aplicación a que se refiere el artículo anterior, tomarán todas las medidas conducentes a la eliminación de los perros sin dueño o cimarrones, constituyan o no jauría”, estableciendo que esos funcionarios “No podrán delegar tal competencia”.
A pesar de los años transcurridos desde la aplicación de esta legislación, que pretendía resolver la problemática de los perros; y de las sucesivas leyes y ordenanzas que reincidieron en abordar esta temática; lejos de haberse solucionado la cuestión se ha agravado notablemente. Tanto en el ámbito urbano, donde cotidianamente se presentan víctimas de mordeduras propinadas por perros que transitan libremente por las calles de las ciudades fueguinas, como en las zonas rurales, donde las jaurías se han convertido en un continuo dolor de cabeza para los propietarios de ganado, cuya hacienda sufre los ataques de los animales que retornaron a la vida salvaje.

Autor : Bernado Veksler
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