ste día, se lleva a cabo en Comodoro Rivadavia el sepelio del soldado Mario Almonacid, de 18 años, muerto en el primer combate contra los ingleses en las islas Georgias del Sur. El velatorio se realizó en el gimnasio municipal de la ciudad y contó con la presencia de numerosos vecinos, que conformaron un extenso cortejo fúnebre que acompañó los restos del joven hasta el cementerio local.
Cuando las acciones militares se consumaron, los marines británicos resistieron y se produjo un intenso intercambio de disparos que arrojó como saldo la muerte de los conscriptos Mario Almonacid y Jorge Néstor Águila, y otros cuatro resultaron heridos. Almonacid era un comodorense, “hijo y nieto de chilenos” (Susana Torres y Elvira Córdoba. La comunidad chilena de Comodoro Rivadavia. Revista Todo es Historia N°461).
Desde las primeras noticias que se conocieron de las acciones militares en las islas Malvinas y Georgias, la comunidad chilena de la ciudad, “que residen en el barrio Pietrobelli se juntan en una esquina y bajan hasta el centro para manifestar la solidaridad y adhesión por la recuperación de las islas. La acción se inscribe en la hermandad latinoamericana que se expresa en todo el continente”. El mismo 2 de abril de 1982, se fundó la Asociación Civil Centro de Residentes Chilenos que se pronunció enfáticamente en apoyo al enfrentamiento con el imperio británico.
La recuperación de las islas Georgias del Sur tuvo lugar el 3 de abril de 1982, cuando fuerzas navales argentinas tomaron el control de la isla (renombrada como isla San Pedro) después de imponer la rendición de un grupo de infantes de marina británicos en Grytviken, su principal localidad. La intervención argentina, en realidad, había comenzado el 19 de marzo, cuando un grupo de obreros civiles, contratados para el desguace de instalaciones balleneras, arribó a Puerto Leith a bordo del transporte “ARA Bahía Buen Suceso”. Al desembarcar izaron la bandera argentina que anticipó la escalada del conflicto. Algunos infantes de marina argentinos se habían infiltrado entre los obreros, presentándose como personal técnico civil.
Las Georgias se mantuvieron en poder de los efectivos argentinos hasta el 25 de abril de 1982, cuando una escuadra británica desembarcó en las islas y los comandos argentinos liderados por el teniente de navío Alfredo Astiz se rindieron sin presentar batalla.
