a Subsecretaria de Recursos Naturales de la Nación desembarca siete ciervos colorados -5 hembras y 2 machos- en bahía Crossley, isla de los Estados, con el fin de introducir la especie para generar un atractivo turístico adicional.
A su tiempo, el Cervus elaphus había sido introducido en el país en 1906, para generar cotos de caza deportiva. Luego los ejemplares fueron trasladados a la provincia de Neuquén, desde donde fueron implantados en Río Negro, Chubut y en la isla de los Estados.
Al ser declarada la isla reserva natural por la Constitución Provincial y al no existir una regulación específica sobre la fauna, no fue posible implementar la caza deportiva. Los animales quedaron librados a sus posibilidades naturales de adaptarse a ese ambiente.
“Si bien no existe determinación de sus efectos en la Isla de los Estados, sí se sabe que en el resto de Patagonia (es encontrado en Río Negro y Chubut) tiene un significativo impacto sobre la flora nativa y las áreas forestales, impidiendo la regeneración de los árboles por su ramoneo. Pero, aún no se sabe si provoca algún efecto de competición con la fauna nativa” (Marta S. Lizarralde y Julio Escobar. Avances sobre la ecología de los mamíferos silvestres introducidos en la provincia de Tierra del Fuego).
Desde entonces fueron visualizados en diversas oportunidades, constatando su adaptación a las extremas condiciones climáticas de la isla.
Fueron observados por la expedición realizada a la isla de los Estados por Adrián Giménez Hutton y Jorge Trabuchi, en marzo –abril de 1997. “Entrando en Bahía Franklin vimos unos 20 ciervos colorados que subían por la ladera de un acantilado entre Punta Ruiz y Punta Vilca”. Desde que fueron introducidos en la isla “no habían sido vistos en muchas oportunidades, por lo que algunos suponían que se habían extinguido”.
Otra expedición llevada a cabo a principios de 2004, volvió a constatar la presencia de los ciervos colorados, como también de las cabras introducidas en la isla. El grupo estaba comandado por el capitán de fragata Guillermo Tibaldi e integrado por el suboficial segundo Gustavo Pérez; el cabo primero Adrián Núñez, el carpintero Antonio González, la profesora de educación física Julieta Rimoldi, y la periodista Verónica Schro. El grupo unió los puntos extremos de la isla en una caminata de veinte días.
