ldquo;En las vecindades del Lago Argentino, a unos cinco días de marcha desde la costa, están acampados cuatro personajes, quienes alardean de sumar entre todos ellos setenta asesinatos, los cuales son teóricamente requeridos por el Gobierno Argentino. Una representación de los numerosos ocupantes ilegales de tierras, cuyas vidas y rebaños están amenazados por esa vecindad; ellos mismos, tomaron la iniciativa de erigirse en Comisarios Honorarios, y estaban sin poder obtener media docena de hombres, a los cuales requirieron para que los asistan, en el trabajo de apresar y llevarlos a la justicia, a estos que están fuera de la ley”, según un cronista que recorrió Santa Cruz y publicó un extenso artículo en la edición de este día de “The Review of the River Plate”, una revista en inglés editada en Buenos Aires.
El cronista agregó: “Todavía hay 500 militares, y la acostumbrada fuerza policial asentada en Gallegos, guardando el propósito de asegurar la tranquilidad y el desarrollo de la región” (Osvaldo Topic. Historia de la provincia de Santa Cruz).
La acelerada prosperidad de la región, su inmensidad y la morosidad en el despliegue del aparato del estado, generaron un inmenso atractivo para numerosos bandoleros, que asolaron la Patagonia austral. Hubo un claro predominio de delincuentes provenientes de Estados Unidos y Chile, pero también se sumaron ingleses, uruguayos y nacionales.
Ese mismo año, se afincaban en la zona de Cholila, Butch Cassidy y Sundance Kid, quienes tenían un denso prontuario delictivo en Estados Unidos. Dos años después, el asalto del Banco de Londres de Río Gallegos dio indicios de la audacia desplegada por bandidos extranjeros.
En esos años, el progreso auguraba un futuro de creciente prosperidad. La población de Río Gallegos sumaba unos 1500 pobladores, de los cuales la tercera parte eran militares. La ciudad dependía “enteramente de los ganaderos, los cuales, y, en los alrededores, desarrollan sus actividades. Efectivamente, de ellos se puede decir que tomaron la iniciativa con el boom de las tierras patagónicas, tomando plaza hace unos cinco años atrás. Una serie de buenos años recompensaron a los primeros colonizadores por sus pasados esfuerzos. Sucursales de las casas de negocios de Punta Arenas se establecieron, y un período de inflación apareció en el lugar”, según la publicación del mismo medio del 5 de abril.
