Cuestionan la magnitud de las tierras concedidas a Braun
El 27 de abril de 1893

Cuestionan la magnitud de las tierras concedidas a Braun

27/04/2018
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n una carta, fechada este día, enviada por Mauricio Braun a Ramón Serrano Montaner, comparte la preocupación que le generaba el clima político imperante en Chile y, en particular, los cuestionamientos que provocaban las enormes superficies de tierras concedidas a unas pocas personas. Especialmente, se refiere a lo expresado por el gobernador de Magallanes, Manuel Señoret, quien le había manifestado en persona “que iba a hacer todos los esfuerzos posibles porque no se llevara a cabo la organización de la Sociedad para esplotar (sic) la concesión…” ya que la juzgaba como “una extensión de terreno demasiado grande para que una sola entidad la explote” (Mateo Martinic B. La Tierra de los Fuegos).
A pesar de no obtener los resultados que esperaba, Señoret persistía en manifestar su oposición a la política oficial de concesión de los campos fueguinos, que consideraba inconveniente para el desarrollo de la región.
En la Memoria del año 1896, le expresó al gobierno central: “Estimo que no fue bastante meditada la forma en que se hicieron a cuatro o cinco particulares las concesiones de tierras que en su conjunto suman la enorme extensión de 1.500.000 hectáreas de tierras. Por ingentes que fueran los capitales de que disponían los concesionarios les era imposible (como ha sucedido) ocupar en breve tiempo la totalidad de las tierras obtenidas”.
Incluso Serrano Montaner en su respuesta, le aconsejó a Braun: “Cómo aquí se ha hecho mucha atmósfera a las concesiones de Tierra del Fuego es conveniente deshacerse de ellas, porque nadie puede saber hasta dónde llegaran las hostilidades del Gobernador. Desde luego puede asegurarse que se valdrán de cualquier falta de cumplimiento al contrato para tratar de anularlo”.  
Braun hizo oídos sordos a los gobernantes y rivales empresarios (José Menéndez, Henry Reynard y Rodolfo Stubenrauch) que se manifestaban contra las concesiones que había recibido, y las que había sumado al fallecer su cuñado el portugués José Nogueira – quien había sido el máximo beneficiario de las concesiones-, que heredó y sumó a sus posesiones, y siguió adelante con su gigantesco emprendimiento. Estaba “determinado a llevar la cosa adelante pese a quien quiera” (op.cit.).
De esta manera, se constituyó la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego que, al cabo de unos años, se convirtió en un imperio ganadero descomunal en el sur de América.

Autor : Bernardo Veksler
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