Por no dejar nadar libremente al caballo el jinete se ahoga
El 18 de mayo de 1926

Por no dejar nadar libremente al caballo el jinete se ahoga

18/05/2018
E

n una carta, fechada este día, el jefe de policía, Juan Albornoz, le informa al gobernador de Santa Cruz, Germán Vidal, sobre el accidente ocurrido en el río Leona, cuando el meritorio Bruno Marreg, de 27 años, intentó cruzarlo montado en su caballo y pereció ahogado.
Albornoz comienza así a relatar lo sucedido: “El 10 de febrero del año en curso procedentes de la punta del Lago Viedma llegaron al Río Leona los Gendarmes de la Patrulla Volante de la Zona Sud, Norberto Bischof y Alfonso Bernal quienes anunciaron a el gendarme Aquilino Cabrera y dos particulares, que el Meritorio Bruno Marreg había quedado atrás en busca de una tropilla y posiblemente no tardara en llegar” (Patricia Halvorsen. La Leona. Historia de balsas, boliches y enredos).
En otro párrafo, continúa: “Poco después de las quince horas los gendarmes referidos observaron que llegaba a la orilla opuesta del río el Meritorio Marreg arreando unos caballos. Tomaron entonces una balsa existente en el lugar con el propósito de ayudarlo a la tarea de arreo a vadear el río, pero cuando se hallaban a la mitad del mismo notaron que Marreg animando los caballos que se resistían al principio, azotó la tropilla al agua y se lanzó él detrás, montando su caballo”.
Al cruzar las torrentosas aguas, se produjo el accidente: “Refieren los testigos presenciales que atontado por la zambullida que dio el animal al perder pie, no dejó nadar con libertad al caballo, sujetándolo fuertemente de las riendas, lo que le obligó a dar algunas vueltas en el agua entre manotadas y patadas del animal se desprendió el jinete que se sumergió de inmediato para no volver a aparecer más” y agrega: “el animal salió al otro lado del río a unos trescientos metros aguas abajo y la gorra del Meritorio Marreg apareció en la orilla del río, parte Este, a unos mil metros”.   
Luego de relatar detalles de la infructuosa, hasta ese momento, búsqueda del accidentado, Albornoz brinda su parecer al mandatario. Este accidente “que ha epilogado con la desaparición de un empleado joven, con condiciones para el puesto que desempeñaba, reviste la característica común de la imprudencia que caracteriza a todos las que le son similares, no dejando nadar con libertad al caballo que montan” (op.cit.).
El certificado de defunción se inscribió en el registro civil de Lago Argentino, seis meses más tarde.

Autor : Bernardo Veksler
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