Se produce el primer encuentro entre Magallanes y los nativos
El 12 de junio de 1520

Se produce el primer encuentro entre Magallanes y los nativos

12/06/2018
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lrededor de esta fecha, en la invernada que efectuó la expedición en San Julián, “media docena de nativos asomaron muy cerca de la playa. Eran de elevada estatura-de doce a trece palmos los describió Oviedo y Valdés- apenas cubiertos con pieles echadas desde los hombros hasta las rodillas; envueltos los pies con enormes abarcas de cuero rellenadas con paja que dejaban en la nieve huellas descomunales. Parecían verdaderos gigantes. Algunos fueron subidos a la nave capitana y Magalhaes les apodó: Patagones” (Jorge A. Taiana. La gran aventura del Atlántico Sur).
La estatura estimada fue de 2,70 metros, dado que cada palma mide 0,2286 metros.
El autor considera que el apodo pudo haber tenido origen en una novela de caballería (de Prima León) de 1512, donde uno de sus personajes “respondía al nombre de Patagón”. El encuentro no fue pacífico, según la versión relatada por López de Gómara: “…fueron siete arcabuceros dos leguas dentro en tierra a una casilla tejada de cuero y en medio de un espeso bosque (…) En la mañana les rogaron mucho los nuestros que se fuesen con ellos a ver las naves y capitán; y como rehusaban, asiéronles para llevarlos por la fuerza (...) Ellos se enojaron mucho desto; entraron al aposento (…) y salieron pintadas las caras muy fea y fieramente con muchos colores, y, cubiertos con otras pellejas extrañas hasta media pierna y muy feroces blandieron sus arcos y flechas, amenazando los extranjeros si no se iban de su casa. Los españoles dispararon por alto un arcabuz para los espantar; los jayanes entonces quisieron paz, asombrados del trueno y fuego, y fuéronse los tres dellos con los siete nuestros…” (Historia General de las Indias, citado por Taiana).
Al llegar a la nao capitana, sólo uno se atrevió a subir. “Magallanes lo trató bien porque le tomase amor; él tomó muchas cosas, aunque con zuño; bebió bien del vino; hubo pavor de verse a un espejo; probaron que fuerza tenía, y ocho hombres no lo pudieron atar; echáronle unos grillos como que se los daba para llevar, y entonces bramaba; no quiso comer, de puro coraje, y murióse”.
Días después, mediante “ardides dos indios gigantescos fueron atraídos a la cubierta de la nave capitana donde, por sorpresa, los engrillaron y maniataron. El propósito de exhibirlos en España como piezas exóticas no pudo cumplirse pues ambos, días o meses más tarde, morían en el mar” (Taiana).

Autor : Bernardo Veksler
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