ste día, se pone en marcha la Expedición Terrestre Invernal Antártica, que parte de bahía Esperanza dirigiéndose hacia bahía Margarita, atravesando la península Antártica. Esta primera incursión que unió las bases Esperanza, Matienzo y General San Martín, estuvo a cargo del entonces teniente primero Gustavo A Giro Tapper, quien también planeó y organizó la expedición.
"Un grupo de ocho hombres de la base del Ejército Esperanza, se desplazó durante el invierno de 1962 a lo largo del extremo nororiental de la península Antártica y la barrera de hielo de Larsen, para atravesar luego la península, uniendo en un viaje de ida y vuelta con trineos de perros y vehículos automotores, bahía Esperanza y bahía Margarita”, recordó Giro Tapper en la “Contribución del Instituto Antártico Argentino N° 83" (www.marambio.aq).
La travesía se completó cubriéndose una distancia total de dos mil kilómetros.
Debido a que el invierno no se presentaba muy riguroso, se descartó la ruta por el canal Príncipe Gustavo, ya que el congelamiento del mar en esa zona no se presentaba suficientemente sólido. Como consecuencia, surgió la necesidad de buscar un terreno posible para atravesar la península Antártica por la zona montañosa. Esto exigió una serie de relevamientos terrestres y aéreos previos.
El grupo principal arribó a la base Teniente Matienzo el 14 de julio, allí se le sumó un grupo de apoyo que había llevado a cabo una serie de reconocimientos. Los dos grupos “cruzaron el Círculo Polar Antártico el 29 de julio, y llegaron a caleta Carretera el 8 de agosto donde se instaló el campamento Sur”.
Una semana después, “se emprendió la ascensión a la meseta llegando a la base General San Martín el 25 del mismo mes. El 18 de setiembre se emprendió el regreso arribando a la base Esperanza el día 24 de octubre”.
Durante la travesía se vivieron momentos de gran peligro que obligaron a sortear con mucha precaución las riesgosas grietas ocultas por la nieve y atravesar las capas de hielo previniendo las posibles fracturas.
El objetivo de unir por tierra durante el invierno las bases argentinas Esperanza, Matienzo y San Martín, experimentar las posibilidades de los elementos mecánicos en condiciones del terreno y climáticas adversas, y realizar algunas observaciones científicas, fue cumplido exitosamente por los hombres del Ejército.
