Salesianos logran hacer trabajar a los refugiados selk´nam
El 21 de junio de 1895

Salesianos logran hacer trabajar a los refugiados selk´nam

21/06/2018
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ldquo;Hoy los indios con alguna india comenzaron a hacer algún trabajo: después les dimos galleta, para que entendieran que debían ganarse la comida”, relatan las Crónicas Salesianas, reflejando el logro que habían conquistado.
En esos días, “una de las hermanas de María Auxiliadora comentaba que llegaron muchos indios; pero acamparon a cierta distancia de la misión [...] pasamos por las chozas dando a todos galletas para poderlos contar y saber cuántos eran, pero los indios escondieron a varios de sus hijitos e hijitas (…); al cabo de un par de días los huéspedes se acercaron: hoy nos visitaron los indios, con excepción de niñas y niños, por temor -se ve- de que se los quitemos para tenerlos en casa. Con el transcurso de los días, los religiosos pudieron comenzar con sus tareas de evangelización, enseñanza y aseo de los aborígenes, al tiempo que éstos aceptaban gradualmente aquellas prácticas e, incluso, las del trabajo”.
No obstante, hubo dos grandes obstáculos que los europeos debieron superar: el profundo temor de los nativos y sus hábitos nómades. El miedo pudo ser dejado atrás a través de la confianza. La necesidad ancestral de los cazadores y recolectores de salir en busca de su sustento sólo pudo superarse por la sensación de desprotección que sufrían los nativos fuera del predio de la misión.
“Que con el correr de los meses, la interacción entre los Selk’nam y la Misión, mientras duraba su estadía en los alrededores, fuera cada vez más fluida y constante, no invalidaba el hecho de que cuando lo creyeran oportuno aquellos se retiraran a los bosques. Todavía para fines de 1895 los sacerdotes mencionaban cómo los indios [...] ya a menudo nos visitaban [...] formando sus tolderías a dos o tres cuadras de la Misión; se detienen poco –unos quince o veinte días los más- pero van y vienen continuamente. Sólo a partir de 1896 los aborígenes se atrevieron gradualmente a trabajar y a convivir con los misioneros: hoy -1 de septiembre de 1896- reunimos a las viudas y casadas que tienen el marido lejos para animarlas a vivir juntas en la casita hecha para ellas. Vinieron todas, pero alguna huyó durante la noche”.
El edificio de la Misión se incendió el 12 de diciembre de 1896. Para entonces, los salesianos ya tenían “asilados 165 indios, sin contar los nómadas de siempre, indecisos de cuando iban a quedarse con nosotros” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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