ste día, se difunde un estudio sobre el análisis de restos fósiles que demuestra la presencia de bosques de coníferas en el pasado de la Antártida. El trabajo fue realizado por un equipo de investigadores argentinos, franceses y norteamericanos.
“Un nuevo hallazgo de fósiles vegetales en la Antártida aporta al conocimiento de los bosques que habitaron en el continente blanco, y brinda una nueva evidencia en relación al origen de las coníferas que son exclusivas del Hemisferio Sur, entre las que destaca el Pehuen (agroinformación.com, 22/06/2010).
El estudio fue difundido por la Universidad de Kansas y permitió “evaluar la historia evolutiva de las coníferas que son árboles que se caracterizan por portar estructuras reproductivas llamadas conos. Las coníferas presentan una diversidad actual reducida a unas 600 especies vivientes. Durante la era Mesozoica (…) presentaron una diversidad mucho mayor”.
"Que la Antártida un día fue verde es algo consensuado entre los científicos pero aún desconocido para muchas personas", dijo el paleobiólogo Marcelo Leppe, investigador del Instituto Nacional Antártico Chileno (Agencia EFE, 14/4/ 2017).
En su opinión, los bosques empezaron a colonizar la Antártida hace 298 millones de años, cuando el clima se hizo más templado y los hielos de la gran glaciación empezaron a retroceder.
“En tiempos algo más cercanos, otros fósiles revelaron la existencia de frondosos bosques de helechos y coníferas entre los que caminaban majestuosos dinosaurios como el Cryolophosaurus, de casi cinco metros de alto y ocho de largo, o los gigantescos Saurópodos, unos herbívoros de cuello largo que podían alcanzar los 20 metros de altura”.
Estos bosques estuvieron dominados por coníferas, como grandes araucarias, hayas, ñires, coihues y arbustos pequeños.
Una serie de sucesivos enfriamientos del clima, sumados al impacto de un meteorito en Yucatán, terminaron con el periodo cálido del Cretácico y la Antártida comenzó a enfriarse de nuevo.
La tundra, el último remanente de los bosques antárticos, desapareció hace 15 millones de años, cuando el continente se congeló por completo y adoptó la apariencia de desierto helado que conocemos actualmente.
En el presente, la Antártida posee una flora limitada a algunas plantas herbáceas con flores, además de musgos líquenes y algas. Pero, el calentamiento global puede pintarlo de verde nuevamente.