na carta, fechada este día, escrita desde Lisboa por Cristóbal Raysem a Lázaro Alemán aporta información sobre la misteriosa tercera nave de la “Armada del Obispo”, que algunos historiadores llamaron “Incógnita”, de la que “se ignora su identidad, el nombre, sus características, el derrotero exacto de su singladura, quien la comandaba y el destino, su suerte final” (Jorge Taiana. La gran aventura del Atlántico Sur).
Raysem narró que el navío “entró por una bahía más de setenta leguas donde estuvieron diez meses, y allí pusieron la nao en seco, y la calafatearon, y allí hacía mucho frío, y hallaron mucha leña, y lobos marinos, y pescado, y allí estuvieron hasta el mes de Octubre”. Otro documento aportó que en esa tierra había montañas y “mucha madera de cedro”. Por lo que se infiere que estuvieron “probablemente en la isla Grande de Tierra del Fuego donde hay sierras y bosques”, que no existen en las Malvinas”, que fue otra de los hipótesis de los historiadores. Esta expedición fue organizada por Gutierre Vargas de Carvajal, Obispo de Plasencia, y partió de Andalucía, en agosto de 1539, rumbo al estrecho, con el fin de arribar a Oriente. Para algunos el comandante fue Francisco de Camargo, quien también fue designado “Adelantado” de la franja americana “delimitada entre la isla de Santa María y el Estrecho de Magallanes. Otros sostienen que su jefe fue Alonso de Camargo.
El 12 de enero de 1540 llegaron al estrecho, donde la nave capitana “embica y naufraga. Toda la tripulación se salva y de la playa son rescatados los ciento cincuenta hombres, menos algunos que se habrían internado en tierra patagónica”. Esto dio origen a la leyenda de la Ciudad Encantada de la Patagonia. La nave, cuyo nombre se desconoce, que rescató a los náufragos continuó viaje y logró llegar por el Pacífico hasta Arequipa.
Sobre la “Incógnita” surgieron hipótesis de su recorrido. “J. Goebel analiza el itinerario (…) y afirma que arribó a las Malvinas. H.R. Ratto y T. Otaegui consideran que (…) recorrió la costa oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego, pasó el estrecho de Le Maire y navegó el Canal de Beagle tres siglos antes de ser explorado por Fitz Roy”. Esta nave fantasma no llegó a España, su última ubicación fue la isla portuguesa de Santo Tomé, donde “dos hombres de su tripulación la abandonaron para proseguir viaje a Lisboa” (op.cit.).
