a pobre criatura no tuvo otra opción que acudir a los deshechos de los placeres con que el padre pasa un buen rato. Agitar una lata vacía de cerveza fue el mecanismo elegido para hacerse entender, ya que sus palabras todavía pertenecen al idioma bebé. "Quiero un juguete nuevo, tengo hambre, denme bola, mi pañal ya no da más" fueron algunas de las interpretaciones.