ste día, los obreros de YPF de la zona de Comodoro Rivadavia “declararon la huelga y la FOP (Federación Obrera Petrolífera) demandó la libertad de los “deportados” como condición para terminarla. A pesar de contar con la solidaridad de los ferroviarios y trabajadores petroleros de las empresas privadas, incluyendo Astra, el 8 de agosto la huelga terminó y los obreros retornaron al trabajo sin haber obtenido sus demandas” (Susana B. Torres. Conflictos obreros y organizaciones gremiales. Todo Es Historia N°484).
Como derivación de la huelga. “el administrador de la empresa nacional expulsó 57 trabajadores (…) 52% eran españoles, 29% portugueses, los búlgaros y griegos comprendían el 7,40% cada uno, y rusos y argentinos representaban el 3,7% cada grupo”.
La conflictividad en la empresa petrolera estatal estaba impulsada por los obreros inmigrantes que en su mayoría adherían a ideologías de izquierda. “Los argentinos en general se excluyeron de los conflictos laborales. Ya en 1919 –cuando aún eran un grupo pequeño- un trabajador español de la empresa estatal declaraba: “si la huelga se pierde es porque los argentinos son unos carneros””.
Luego de la represión de la “Patagonia Rebelde”, aumentó el número de trabajadores argentinos, quienes “no solamente permanecieron al margen de actividades obreras, sino que algunos fueron miembros de la Liga Patriótica Argentina (una organización dedicada a perseguir a los huelguistas). Además, en YPF, bajo la administración del ingeniero (Enrique) Mosconi, el control social y las persecuciones ideológicas fueron más fuertes que antes y repercutieron en el movimiento obrero”.
Mosconi asumió la conducción de YPF a fines de 1922 y comenzó a impulsar “un control más estricto sobre los obreros, especialmente si eran militantes o secretarios de la FOP”, que decretó su disolución.
A pesar del hostigamiento de la empresa, a principios de 1924 comenzó una reactivación de la actividad reivindicativa. La aprobación de la ley de jubilaciones originó una huelga general, parte de una medida de fuerza nacional, que fue promovida por los obreros europeos debido a que estaban en contra de hacer sus aportes al fondo común porque “habían venido al país por dos o tres años para reunir dinero y volverse a su tierra” y “no podían aceptar el descuento en el sueldo que consideraban exiguo” (op.cit.).
