Firman contrato para cazar lobos marinos de día y de noche
El 6 de agosto de 1873

Firman contrato para cazar lobos marinos de día y de noche

06/08/2018
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ste día, en la ciudad de Punta Arenas, se firma un contrato entre José Nogueira, capitán del pailebote “Anita”, y los postulantes para desempeñarse en la cacería de lobos marinos, “o cualquiera otra expedición que sea lucrativa al viaje”. La navegación por los mares australes era una verdadera aventura sin ninguna garantía ni certeza. En el convenio firmado por las partes se establece que la relación se mantendrá vigente durante el viaje, “debiendo éste durar no menos tiempo que cuatro meses contados desde el día de la salida” (Mateo Martinic. Nogueira el pionero).
En una cláusula se determina que “la presente tripulación es obligada a trabajar durante el día i la noche ya sea en botes o en tierra i a respetar todas las órdenes legales que en beneficio de la expedición i el orden a bordo sean dictadas por el Capitán i oficiales”.
Sobre la remuneración de los contratados se fija que “todos van a la parte, siguiendo el siguiente esquema: una tercera parte de lo recaudado queda para el propietario del barco, en tanto que los dos tercios restantes se distribuirán en partes iguales entre las partes, después de deducidos los gastos insumidos por la expedición. El pago será entregado por el capitán una vez concluido el viaje y amarrado el barco en el puerto de destino”.
La contratación de los hombres de mar no resultaba compleja en el puerto de Punta Arenas, dado que era abundante la presencia de expertos tripulantes, donde prevalecían los portugueses y chilenos, aunque también había españoles, ingleses, escoceses y alemanes, entre otros.
Nogueira trabó relación con Luis Piedra Buena, un experto en la navegación por aguas australes, vínculo que le permitió adquirir conocimiento en la materia. “Así hubo de iniciarse una prolongada relación entre ambos, que llegaría a ser muy estrecha (…) la asociación con Piedra Buena no debió reducirse al sólo servicio del despacho, y que se extendió además a la participación de aquél en expediciones loberas. De no conjeturar así, no podría entenderse la maestría que haría gala en tan duro oficio a poco andar” (op.cit.). Refiriéndose el autor a los comienzos de Nogueira en esta actividad, que le permitió acumular los primeros recursos para desplegar en forma independiente su actividad empresarial, que lo llevaría a convertirse en uno de los más acaudalados capitalistas de la zona austral.

Autor : Bernardo Veksler
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