Buscadores de oro protestan en Punta Arenas contra Popper
El 9 de agosto de 1888

Buscadores de oro protestan en Punta Arenas contra Popper

09/08/2018
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ste día, un grupo de “trabajadores de Punta Arenas que se habían visto obligados a marcharse de las costas atlánticas de la Tierra del Fuego, y suspender la búsqueda del oro por las amenazas con armas de fuego realizadas por el ingeniero Julio Popper, realizan un mitin en la plaza de Punta Arenas, por el cual no obtienen ningún resultado al tratarse de las tierras de otro país y disponer el señor Popper de los derechos oficiales de explotación” (Rodolfo Cananor. Cronología patagónica).
El hallazgo de oro en varios sitios de Tierra del Fuego generó la afluencia de una gran cantidad de aventureros. El río de las Minas; las playas del estrecho de Magallanes y de la bahía de San Sebastián; las islas Picton, Nueva y Lennox, y las bahías Aguirre y Slogget, en el canal de Beagle; se poblaron de cientos de buscadores de oro.
Popper había comenzado sus exploraciones en la costa norte del estrecho, en 1885, donde “no se conforma con la fortuna hallada por sus propios medios y desvalija a otros trabajadores del oro ayudado por algunos delincuentes” (Fernando Ortiz Letelier. Revista Impactos N°72).
Popper llegó a la conclusión que el sitio elegido para su emprendimiento debía ser la bahía de San Sebastián. Allí, construyó instalaciones de avanzada para la época en la península de El Páramo. Instaló vías para que circulen las zorras cargadas de arenas, que contenían minúsculas partículas del mineral, e inventó una máquina lavadora de arena que le permitía decantar el oro. Con esa tecnología llegó a obtener medio kilo de oro por día. Además contaba con una casa con habitaciones para el personal directivo, un galpón con ochenta cuchetas para peones y capataces, tienda, almacén, depósito, una cocina con horno de pan, un galpón taller y una vivienda confortable para su alojamiento personal.
Para proteger el sitio contaba con un grupo de milicianos armados que no toleraba ninguna competencia en la zona de San Sebastián, donde disponía de una concesión de 80 mil hectáreas otorgada por el Estado argentino.
Ante la llegada de los que consideraba intrusos, Popper no tenía clemencia. Así, llegaron a producirse verdaderos combates, como el que se concretó en las inmediaciones del arroyo Beta, entre los soldados del rumano y los mineros que se aventuraban por las proximidades. Las víctimas de sus acciones fueron las que se manifestaron en Punta Arenas.

Autor : Bernardo Veksler
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