Aviso de oferta matrimonial seduce a una futura bandolera
El 10 de agosto de 1893

Aviso de oferta matrimonial seduce a una futura bandolera

10/08/2018
E

ste día, se publica en el diario “El Victoria” un aviso de oferta matrimonial titulado “Interesa al bello sexo inglés”. El autor se presenta como “un joven bien parecido que vive en un lindo lugar del mundo, Chile, agricultor y comerciante, poseedor de vastas extensiones de tierra y mucha ganadería, que desea entrar en relación con una dama inglesa con el fin de casarse”. El anuncio advertía que sólo atendería respuestas acompañadas de fotografías de las postulantes, que debían ser dirigidas junto con una carta de presentación a una casilla de correo. (Francisco N. Juárez. La bandolera inglesa en la Patagonia).
La oferta matrimonial convocó a muchachas que posaron ante fotógrafos para cumplir con los requisitos impuestos por el ganadero. Entre ellas habría estado Elena Greenhill, una inglesa de 17 años, que había emigrado junto a su familia recientemente a Chile. Aunque nunca se supo el nombre del anunciante ni las circunstancias que vincularon a la joven con el hacendado Manuel de la Cruz Astete, sugestivamente, el encuentro prosperó rápidamente y, luego de un fugaz noviazgo, a los pocos meses ya se había consumado el matrimonio.
Astete tenía sus propiedades en Choele Choel y comerciaba con ganado en pie que arreaba a través de la frontera y colocaba en el mercado chileno. Sus negocios incluían el arreo de ganado ajeno y en varias ocasiones fue detenido por esa causa.
En enero de 1904, el ganadero salió a una de sus habituales labores, pero nunca regresó ni se supo de su presencia en otros lugares. La inglesa quedó bajo sospecha de haber propiciado el crimen y desaparición de Astete.
Pero, la alianza y romance con Martín Coria, juez de Paz suplente, le permitió eludir la acusación y potenciar la actividad delictiva que había desarrollado el finado esposo.
Elena Greenhill comenzó a utilizar con audacia su habilidad para cabalgar y con el uso de armas de fuego, demostrando una temible puntería y una audacia formidable. Llegando a ahuyentar a balazos a quien se le presentara a hacer un reclamo por robo de hacienda o por falta de pago de alguna compra, y hasta una partida policial debió alejarse de sus dominios al desenfundar su pistola y comenzar a disparar. Así, comenzó a ser conocida por Río Negro y Chubut como la bandolera inglesa.
Hasta que la persecución policial la colocó en la mira y, en Gan Gan, en una fatal emboscada puso fin a su carrera delictiva.

Autor : Bernardo Veksler
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