uego de haber sufrido “cuatro grandes terremotos, de los cuales tres fueron muy terribles”, los sobrevivientes del naufragio del “Wager”, en una isla del sur de Chile, ven acentuados los casos de insubordinación y deserción. Allí, estaban reparando el navío para buscar la salvación, ya sea yendo hacia el norte para reencontrarse con la escuadra de George Anson o atravesar el estrecho para ir hacia Brasil y retornar a Londres.“Las perturbaciones aumentan entre la tropa; vemos a las claras que surge un partido para ir hacia el norte; fuimos al teniente y consultamos con él acerca de qué debe hacerse en la presente exigencia; pues por atribuírseme ser quien proyectó el esquema para irnos cruzando el estrecho, el “noble” intendente amenaza con pegarme un tiro. Tras discurrir un rato con el teniente, me dijo que si yo preparaba un documento para que el capitán lo firmara dejaría satisfecha a la tropa de que él iría hacia el sur y cada oficial podría tener copia de aquél para justificarse en Inglaterra” John Bulkeley y John Cummins. Un viaje a los mares del sur en los años 1740-41).El teniente se comprometió a que el documento sería firmado por el capitán, “pero en caso de que rehusara, sería confinado por haber baleado” a un marinero, y “él se haría cargo del mando”. Además, “para prevenir mayores perturbaciones, el contador, que mucho conversaba con los rebeldes será, según lo acordado por el cuerpo de oficiales, expulsado de la isla por actuar contrariamente a su deber, en contravención de los artículos de la guerra, las leyes de su país y las conocidas reglas de la armada”. Este acuerdo al margen del capitán contempló también que “toda persona que se afanara en fomentar partidismos debía ser desarmada”.Pero, el teniente no se atrevió a llevar a cabo su compromiso y en la reunión con el capitán evitó hablar del documento. Ante la flaqueza del teniente y las maniobras del capitán para eludir la firma del acuerdo, la oficialidad se reunió y “acordó que, en caso de que el capitán persistiera en rehusarse a firmar el documento”, se dispondría “despojarlo del mando y dárselo al teniente (…) la tropa dio tres vítores voceando “Inglaterra”. El capitán, al oír el ruido, salió a la puerta de su tienda”. Donde se le hizo el planteo, pero al negarse el teniente a asumir el mando, el capitán terminó aceptando la voluntad de la tropa.
