Ganaderos argentinos y chilenos se unen contra las jaurías
El 3 de septiembre de 2011

Ganaderos argentinos y chilenos se unen contra las jaurías

03/09/2018
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epresentantes de los ganaderos de la Tierra del Fuego argentina y chilena se reúnen para abordar la problemática de los perros salvajes. Dirigentes de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, encabezada por su titular Lucila Apolinaire, y de la chilena Asociación Gremial de Ganaderos de Tierra del Fuego, presidida por el puntarenense Rodrigo Filipic, se reúnen en Río Grande para buscar respuestas comunes a los problemas planteados a ambos lados de la frontera.
El orden del día abordó los daños que provocan a los establecimientos rurales los castores, visones, guanacos y, sobre todo, los perros asilvestrados. Animales que tuvieron un pasado doméstico y, por desidia o abandono de sus dueños, se fueron alejando de las ciudades y agrupándose en las zonas rurales. Allí, recuperaron sus instintos salvajes e hicieron estragos en cada ataque a las majadas ovinas.
Uno de los datos que dio magnitud a la problemática fue planteado por la entidad argentina, cuyos afiliados denunciaron haber perdido 149 mil ovejas en los últimos seis años.
El fenómeno no quedó limitado a la porción argentina de la isla, dado que “resulta muy sencillo para los animales trasladarse de un país a otro (…) Ya están en 100 kilómetros a la redonda de Porvenir”, plantearon los representantes de ambas asociaciones.
La frontera fueguina argentino chilena en muchos tramos “es apenas un cerco con un par de alambres, no es difícil suponer que hay problemas comunes en ambos países, como los perros domésticos que viven en condiciones salvajes y que se dedican a atacar a las ovejas”.
El dirigente chileno Rodrigo Filipic sostuvo que “algunos ganaderos se cansaron y cambiaron las ovejas por vacas. Otros, han optado por usar razas de perros Marismas y de los Pirineos, que defienden a los animales día y noche” (tierradelfuego.info).
En tanto Lucila Apolinaire no dudó en calificar los ataques de los perros como “terrible flagelo” y consideró que ambos países, tanto en el campo como en la ciudad, deben tener “acciones concretas y efectivas” para salvaguardar al ganado.
Para Filipic eso se traduce en tenencia responsable de mascotas por la gente, la esterilización de machos y hembras y “una nueva ley de caza que esté enfocada a perros que atacan en jauría y hacen daño” (op.cit.).
Estas inquietudes fueron trasladadas a las autoridades fueguinas y magallánicas para tratar de encontrar soluciones.

Autor : Bernardo Veksler
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