Liberan al pingüino emperador «Happy Feet» y se pierde
El 4 de septiembre de 2011

Liberan al pingüino emperador «Happy Feet» y se pierde

04/09/2018
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ste día, el pingüino emperador apodado «Happy Feet» es devuelto a las aguas del océano austral, con un transmisor incorporado a su cuerpo para que los investigadores puedan seguir sus pasos.
“El pingüino fue deslizado por un tobogán especial en la popa de un barco pesquero de investigación seis días después de partir de Wellington, donde fue tratado en el zoo tras ser “hallado desorientado y desnutrido” en la playa de Peka Peka en junio” (diario El Mundo de Madrid, 5/9/2010).
Fue liberado “cerca de la isla Campbell, donde el océano tiene 285 metros de profundidad, informó el personal del barco “Tangaroa” a través de un comunicado. 'Happy Feet' necesitó un suave empujoncito para abandonar la seguridad que le ofrecía la jaula que fue su hogar durante seis días", reveló la veterinaria Lisa Argilla. "El pingüino se deslizó hacia atrás, pero una vez que entró en contacto con el agua se sumergió enseguida lejos del barco". Llevaba consigo un “rastreador por satélite y un microchip” para que sus fans en todo el mundo puedan seguir el recorrido del pingüino emperador de tres años, desde una página web”.
Pero, el monitoreo se pudo mantener pocas horas, al perderse la señal y el indicio de su viaje hacia la Antártida. «Esto quiere decir que el transmisor no ha tocado la superficie del agua, necesaria para transmitir, desde entonces», explica uno de los científicos. Los investigadores barajan varias hipótesis como que se le haya caído el transmisor o que no funcione, que haya sido devorado por una orca o una foca leopardo o que muriese por causas naturales” (Diario ABC de Madrid, 13/09/2011).
Unos meses atrás, el pingüino emperador había sido encontrado varado en una playa de Nueva Zelanda, algo totalmente inusual para esta ave que se procrea, desarrolla y muere en las inmediaciones del continente antártico.
Tras recuperarse de una operación quirúrgica, en la que le sacaron del estómago tres kilos de arena, que había engullido en la playa donde fue hallado, fue enviado para su recuperación al zoo de Wellington.
Durante esos meses se convirtió en un atractivo excluyente de los visitantes, que acudían cotidianamente por centenares para observar al simpático pingüino. Allí fue bautizado «Happy Feet». Cuando se difundió que sería liberado para que retorne a la Antártida, aumentaron notoriamente los visitantes que concurrieron a despedirlo.

Autor : Bernardo Veksler
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