ste día, se conoce un informe elaborado por la Federación de Veteranos de Guerra que da cuenta de que, en los once años que pasaron desde el fin de los combates, se habían suicidado 130 ex combatientes de Malvinas. No obstante el preocupante cuadro de situación denunciado, los suicidios continuaron y a la fecha se estima que ya superaron los quinientos.
El artículo, publicado en el quincenario especializado “Consultor de salud”, destaca los problemas sufridos por los que participaron del conflicto y las consecuencias de no haber recibido un tratamiento adecuado al regresar.
Entre los síntomas que presentaron, y que previsiblemente influyeron en las decisiones de quitarse la vida, se enumeraron: irritabilidad, situaciones de violencia familiar, trastornos en la memoria, inadaptación al trabajo y dificultades para continuar sus proyectos de vida, entre otros. Todo esto se vio agravado por el consumo de alcohol y drogas. En algunos casos, por efecto de las adicciones, cometieron actos delictivos siendo condenados y encarcelados.
La sensación de maltrato e indiferencia que percibieron los veteranos por parte de la sociedad, generaron profundas crisis en quienes regresaron del infierno bélico.
“La razón detrás de la trágica decisión de un ex combatiente al momento de quitarse la vida se explica en el destrato, en el ninguneo por parte del Estado, en el proceso de deshumanización que una vez más el Gobierno aplica a todo lo referente sobre el tema Malvinas y sus veteranos”, explica, con cierta resignación que por momentos deja escapar la bronca, Ramón Garcés, ex combatiente de Malvinas y guionista de la película “Entre dos mundos”, que relata, precisamente, la problemática de los suicidios de los que pelearon en 1982 (Bigbangnews, 2/4/2017).
La guerra de Malvinas no solo dejó el luctuoso saldo de la muerte de 649 soldados, sino también graves secuelas en los sobrevivientes, sin que los sucesivos gobiernos dispongan las medidas adecuadas para brindarles la contención que merecían.
El último caso conocido fue el de Adrián Verón, de 54 años, quien se quitó la vida en la correntina ciudad de Mercedes, el 31 de enero de 2017. Según las primeras versiones, atravesaba problemas psicológicos y tenía adicción al alcohol.
Paulatinamente, este tema dejó de ser tratado por los medios y la problemática se esfumó.
