Barco escuela sale de Buenos Aires y se pierde en el Atlántico
EL 14 DE DICIEMBRE DE 1928

Barco escuela sale de Buenos Aires y se pierde en el Atlántico

14/12/2018
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ste día,  parte de Buenos Aires el velero danés de cinco palos “Kobenhavn”, en viaje hacia Australia. Durante siete días se mantuvo “en comunicación radiotelegráfica (…) mientras navegaba a 400 millas al Este de la boca del Río de la Plata. Este fue su último mensaje. La ausencia de toda noticia produjo en Dinamarca gran interés y excitación. Cuarenta y cinco de la tripulación de sesenta, eran cadetes, muchos de ellos miembros de prominentes familias del país” (The New York Times, 19/6/1930).
El navío “era el más grande velero a flote”. Al difundirse la carencia de noticias sobre su ubicación, varios países destinaron embarcaciones para intentar encontrar algún indicio del destino del “Kobenhavn”. El único dato fue informado por los pobladores de la “isla Tristán da Cunha, de que habían avistado un velero en peligro fuera de sus costas, pero que no se había aproximado lo suficiente como para ser auxiliado…”
“El “Kobenhavn” fue dado “por perdido por el Lloyd, y la compañía de seguros ha seguido el mismo temperamento. La corte civil, el mes próximo, considerará la situación de los cadetes y marineros que iban a bordo y clausurará sus fojas de servicio. Ni un bote, ni un palo, ni un trozo del naufragio ha quedado del hermoso viejo velero” (op.cit.).
Tiempo después, circuló un diario de a bordo apócrifo que generó una posible hipótesis sobre su destino final: “Diciembre 19.- Hemos dado comienzo a nuestro largo viaje con destino a Australia. Llevamos agua y víveres para tres meses. Vamos rumbo a Sudáfrica en previsión de que sea necesario renovarlos…”
Los partes de los siguientes días indicaron que el tiempo era bueno, el mar y el viento calmo, hasta el 21 de enero, cuando comenzaron a soplar violentas ráfagas, con cielo nublado y “mar de fondo”. Se ven empujados hacia el sur,  hacia un “laberinto de hielo (…) con fuertes nevadas y viento”.
El 14 de febrero se encuentran “encerrados entre enormes témpanos” y siete días después abandonan el barco, para ver a la distancia “como el velero fue alcanzado por dos aristas de hielo y aplastado entre el crujir de la madera”.
Las anotaciones continúan hasta el 2 de marzo, reflejando la dura marcha sobre el hielo de los sobrevivientes. El autor de las notas culminó expresando su sensación de haber sido “conducido fuera de los límites de este mundo” (Liborio Justo. La tierra maldita).

Autor : Bernardo Veksler
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