or estos días llegar a la estación de servicio a cargar combustible realmente, por el valor del mismo, uno se pone hasta de mal humor. Pero hay veces que pequeñas cosas lo reconfortan. Como vemos en la captura de hoy: el banco para abrir esas latas donde venía el aceite, un embudo de chapa y el balde para la arena que hacía de matafuegos, es como regresar en el tiempo y hasta un dejo de nostalgia cruza por nuestras mentes. Pero eso dura poco ya que el playero te hace recordar que el valor del combustible no es de aquella época y que por menos de una luca no llenas el tanque.