ste día, el coronel chileno Cornelio Saavedra convoca a un parlamento con los nativos de la Araucanía, en Toltén, con el fin de obtener información sobre las andanzas por la región del francés Orllie Antoine de Tounnens, quien había logrado encolumnar a las tribus detrás de su proyecto de conformar el reino de la Araucanía y Patagonia y proclamarse monarca de ese estado.
Tras “festejarlos con ‘mosto y música’ el coronel tomó la palabra para reprobar a los caciques su falta de lealtad y reiteró el interrogatorio, ignorando lo que había obtenido por la sutil desinhibición etílica”. Luego de un prolongado silencio, un cacique tomó la palabra: “Para qué estamos engañando al coronel él lo sabe todo; digámosle la verdad y dirigiéndose hacia Saavedra, agregó: Yo mismo conduje a Orllie de la costa patagónica hasta las cordilleras (…) En Choele Choel los indios pampas lo quisieron matar, pero él les aseguró que lo llamaban los araucanos para hacerle la guerra al gobierno chileno” (Alberto Sarramone. Orllie Antoine I).
A esta confesión siguieron las de otros. “Cada uno explicó lo que sabía sobre el rey francés”. Entonces, Saavedra les “advirtió los graves riesgos que corrían aquellos caciques que se dejaran embaucar por personas tan criminales como Orllie” y al terminar la sesión fijó una recompensa por la cabeza “de Su Majestad, el Rey”.
Las preocupaciones del gobierno chileno iban en aumento por la irrupción del francés y por la adhesión que había logrado entre las tribus de la región. Un elemento agravante fue la detección de la sugestiva presencia en las inmediaciones de la costa chilena del barco galo “D´Entrecasteaux”, cuestión que permitió deducir que las incursiones del autoproclamado monarca no era una iniciativa personal y que había sectores gubernamentales franceses que seguían con atención el apoyo conquistado por Orllie Antoine I.
Una autora chilena, Malú Sierra, sostiene que la zona de Alepué, fue el lugar fijado para “desembarcar las armas que venían de Europa compradas por Orllie Antoine que no alcanzaron a llegar”. El francés fue “un personaje novelesco que se enamoró del pueblo mapuche y se hizo coronar rey de la Araucanía (…) Según consta en un documento que se guarda en el Museo de Valdivia, entre 1863 y 1864 (…) mandó traer las armas para defender su reino…” (“Mapuche. Gente de la tierra”, citado por Sarramone).
